En el primer semestre de este año bajo el Gobierno de Javier Milei, las jubilaciones mínimas, a pesar del bono de $70.000, no lograron mantenerse al ritmo de la inflación. Mientras tanto, los jubilados con haberes más altos superaron ampliamente la subida de precios, generando una brecha significativa entre ambos grupos.
Durante los primeros 6 meses del año, la inflación alcanzó el 79,8%, de acuerdoa los datos del INDEC. Sin embargo, las jubilaciones y pensiones mínimas, incluso con el bono adicional, experimentaron incrementos mucho menores. La jubilación mínima, con el bono incluido, subió de $160.713 a $276.931, lo que representa un aumento del 72,31%, es decir, 7,5 puntos porcentuales por debajo de la inflación.
Situación similar se vivió con la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que con el bono aumentó de $139.570 a $235.544, un incremento del 68,76%, quedando 11 puntos porcentuales por debajo de la inflación. Las pensiones no contributivas, por su parte, subieron de $128.999 a $214.852, con un aumento del 66,55%, 13 puntos menos que la inflación.
Más de 5 millones de beneficiarios, que representan el 65% del total, perciben haberes mínimos o por debajo del mínimo y seguirán recibiendo el bono de $70.000 sin ajustes, lo que contribuye a la devaluación de sus ingresos frente a la inflación. Esta estrategia del Gobierno de mantener el bono como un refuerzo no remunerativo, sin integrarlo a los haberes corrientes, hace que su valor se diluya con el tiempo, afectando aún más el poder adquisitivo de los jubilados.
La situación es aún más crítica considerando que el bono no se incluye en el cálculo del aguinaldo. En julio, con una inflación mensual del 4,18% en mayo, la jubilación mínima más el bono aumentó solo un 3,12%, la PUAM un 2,94% y las pensiones no contributivas un 2,82%. En agosto, si el bono permanece sin ajustes, estos incrementos serán nuevamente inferiores a la inflación, perpetuando la pérdida de poder adquisitivo.
Los jubilados más ricos fueron los ganadores en la era de Milei
En contraste, los jubilados con haberes máximos vieron sus ingresos aumentar de $711.346 a $1.392.450, un incremento del 95,74%, superando la inflación en 16 puntos porcentuales. Esta diferencia pone en evidencia la desigualdad en la capacidad de los ingresos para enfrentar la inflación, donde los más beneficiados resultaron ser aquellos con ingresos más altos.
De acuerdo al el Instituto para el Desarrollo Social Argentino, en junio de 2024, el haber medio, incluyendo el bono no sujeto a la movilidad, está aproximadamente un 37% por debajo del nivel registrado en 2017, subrayando la erosión sostenida del poder adquisitivo de los jubilados en los últimos años.
