Los embajadores argentinos se encuentran en estado de alerta y preparan una carta dirigida a la canciller Diana Mondino para expresar su rechazo a la nueva reglamentación del Impuesto a las Ganancias, que afecta el adicional que perciben por sus sueldos en dólares al cumplir funciones en el extranjero. La medida ha generado una gran tensión en la Cancillería Argentina, y no se descarta la posibilidad de un paro, algo inédito en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
De acuerdo a datos de la agencia NA, el principal argumento de los diplomáticos es que la nueva normativa impactará negativamente en sus ingresos, especialmente para aquellos en los rangos más bajos del servicio exterior, como los secretarios. Los embajadores sostienen que la medida es injusta y que no se tuvo en cuenta el costo de vida en el extranjero al momento de implementar estos cambios.
A través de la carta que preparan, los diplomáticos buscan transmitir su preocupación respecto de la situación en la que se encuentra el Servicio Exterior de la Nación desde la publicación de la nueva reglamentación del Impuesto a las Ganancias. La tensión ha llegado a tal punto que no descartan tomar medidas de fuerza para manifestar su descontento.
Impuesto a las Ganancias: la hipocresía de la política
El contraste entre la postura de los diplomáticos y la de los políticos es evidente. Mientras que los embajadores rechazan firmemente cualquier recorte en sus ingresos, muchos políticos han apoyado la implementación de impuestos similares en el sector privado, argumentando la necesidad de equidad fiscal. Sin embargo, cuando se trata de tocar sus propios beneficios, la respuesta ha sido muy diferente.
La canciller Diana Mondino se encuentra en una posición complicada, ya que debe gestionar la crisis interna en Cancillería y, al mismo tiempo, defender la política fiscal del Gobierno. Los embajadores argumentan que el adicional en dólares es esencial para mantener un nivel de vida adecuado en el extranjero, y que su eliminación podría desincentivar el servicio exterior.
Por el momento, la posibilidad de un paro sigue latente, lo cual sería un hecho sin precedentes en la historia del Ministerio de Relaciones Exteriores. Los diplomáticos han dejado claro que están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias para proteger sus ingresos.
Esta situación pone de relieve las tensiones internas dentro del Gobierno y la falta de consenso en torno a las políticas fiscales. Mientras los diplomáticos luchan por mantener sus beneficios, el debate sobre la justicia y la equidad fiscal continúa, con posiciones encontradas tanto dentro del sector público como del privado.