En julio, los agroalimentos en la Argentina experimentaron una caída de ventas de hasta un 40%, en gran medida debido a la disminución del poder adquisitivo de los argentinos. Por otro lado, aumentó la diferencia de precios por 3,1 veces desde el campo hasta la góndola, es decir, el supermercado recibe el triple de ganancias por cada venta de lo que fabrica el productor agropecuario.
De acuerdo al Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), destaca que diversos actores de la cadena de valor, incluyendo mayoristas y minoristas, se vieron obligados a sacrificar parte de sus márgenes de ganancia. Este sacrificio se sumó al impacto del aumento de costos en insumos dolarizados, transporte, logística, arrendamientos, combustibles y salarios, factores que han presionado aún más la rentabilidad del sector.
Además, las condiciones climáticas adversas, como las heladas y el frío extremo que afectaron a diversas regiones del país, han reducido la oferta de productos agrícolas, lo que ha contribuido a un incremento en los precios de los alimentos. Este fenómeno también ha llevado a un aumento en la participación del productor en el precio final en destino, según los datos relevados por el IPOD.
En cuanto a la brecha de precios entre el origen y el destino, el análisis del IPOD muestra que los productores de brócoli tuvieron la mayor participación en el precio final, con un 60,8%, mientras que los productores de limón registraron la menor participación, con apenas un 7,1%. Estos resultados reflejan una tendencia que se ha venido observando en los últimos meses.
Por otro lado, el IPOD frutihortícola, que incluye 19 frutas y hortalizas, registró un multiplicador de 3,6 veces en julio, lo que representa una disminución del 20% respecto al mes anterior. En contraste, el IPOD ganadero, que abarca 5 productos y subproductos de origen animal, mostró que los consumidores pagaron 2,9 veces más de lo que recibieron los productores, sin variaciones respecto a junio.
En términos generales, durante el séptimo mes del año, los consumidores pagaron $3,1 por cada $1 que recibieron los productores. La participación de estos últimos en el precio de venta final alcanzó un promedio del 35,7%, un aumento del 14,8% en comparación con junio, y el nivel más alto registrado desde diciembre de 2022.
Los productores más afectados por la diferencias de precios en la cadena de producción
Finalmente, los productos con mayores diferencias entre el precio de origen y el de destino fueron el limón, la mandarina, la manzana roja, la pera y el cerdo. En cambio, los productos con menor brecha de precios incluyeron al brócoli, el pimiento, la cebolla, el zapallito y los huevos, destacándose estos últimos por su menor disparidad en los precios a lo largo de la cadena de comercialización.