El obispado de Zárate-Campana decidió este jueves expulsar al sacerdote Javier Olivera Ravasi, quien organizó la polémica reunión entre diputados de La Libertad Avanza (LLA) y represores detenidos por delitos de lesa humanidad en la cárcel de Ezeiza. La decisión de la Iglesia Católica fue motivada por «numerosas quejas fundadas» sobre sus expresiones y actitudes, consideradas opuestas al testimonio cristiano.
Según el comunicado del obispado, Olivera Ravasi estaba incardinado en la Diócesis de San Rafael, Mendoza, pero se le permitió residir temporalmente en Zárate-Campana desde 2019. Sin embargo, su estancia se prolongó sin avisos ni permisos adicionales, lo que llevó a su eventual destitución. Además, se destacó que el sacerdote no mostró el cambio de actitud requerido a pesar de varias advertencias.
Las quejas hacia Olivera Ravasi se intensificaron después de su coordinación de la reunión con represores, generando malestar no solo en la comunidad local, sino también en el ámbito eclesiástico. El comunicado subrayó que sus comportamientos fueron impropios para un sacerdote y que, por el bienestar de la comunidad diocesana, se le revocó la autorización para residir en la diócesis.
Previo a esta decisión, el presidente y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Oscar Ojea y Marcelo Colombo, se distanciaron públicamente de Olivera Ravasi. En un encuentro con organizaciones de derechos humanos, ambos líderes eclesiásticos dejaron en claro que el sacerdote «no representa el pensamiento ni la acción de la Iglesia Católica», desautorizando sus acciones y palabras.
La escena que generó la preocupación de la Iglesia Católica
La controversia sobre la visita de diputados de LLA a represores en Ezeiza ha generado tensión dentro del bloque libertario. Rocío Bonacci, una de las legisladoras involucradas, sorprendió al votar a favor de la creación de una comisión investigadora que podría aplicar sanciones a los diputados participantes, incluyendo la expulsión del Congreso. Aunque la iniciativa no prosperó, la postura de Bonacci evidenció divisiones internas en LLA.
Bonacci y Lourdes Arrieta, otra diputada que participó en la visita, denunciaron haber sido engañadas por sus compañeros de bloque. Ambas se distanciaron de la propuesta de amnistía para represores impulsada por Beltrán Benedit, organizador de la visita, y manifestaron su rechazo a la iniciativa de cárcel domiciliaria para los detenidos por crímenes de lesa humanidad.
A pesar de la negativa de Bonacci a apoyar la amnistía, su voto a favor de la comisión investigadora causó sorpresa, ya que contradijo la postura oficial de su bloque. Consultada por los medios, la diputada justificó su decisión afirmando: «Yo no tengo nada que ocultar, por lo tanto siempre dije que iba a votar en positivo».