El Gobierno se ha comprometido a reducir progresivamente el Impuesto PAIS, una medida que forma parte del plan para relajar el cepo cambiario a partir de septiembre. Este impuesto al dólar oficial, que actualmente se sitúa en un 17,5%, se reducirá al 7,5%, lo que representa una vuelta a los niveles previos al incremento de diciembre pasado. Este recorte tiene implicaciones tanto para las importaciones como para la recaudación fiscal, pero ¿Qué pasará con los consumidores?
Los economistas anticipan que la reducción del Impuesto PAIS tendrá un impacto inmediato en las importaciones, abaratándolas de manera significativa. Por ejemplo, el tipo de cambio para las importaciones bajaría de $1.100 a $1.000, lo que podría estimular un incremento en las importaciones de alrededor de u$s1.000 millones por mes.
Además del efecto en las importaciones, la reducción del Impuesto PAIS también podría tener un impacto positivo en la inflación, al disminuir el costo de los insumos importados. Se estima que la inflación podría reducirse en un 0,7% en septiembre como resultado de este recorte en el gravamen. Sin embargo, a pesar de estos beneficios, no todos los sectores verán una mejora directa.
La baja del impuesto al tipo de cambio no abaratará las compras en el exterior con tarjeta
Para los consumidores, la situación es diferente. Aunque el Impuesto PAIS se reducirá, este cambio no afectará a las compras en el exterior realizadas con tarjeta de crédito. El denominado «dólar turista» o «dólar tarjeta» continuará aplicándose con los mismos recargos actuales, lo que significa que los viajeros y quienes realicen compras en el extranjero no verán una disminución en sus costos.
El equipo del ministro de Economía, Luis Caputo, ha dejado claro que no tiene la intención de incentivar la compra de dólares en el exterior, por lo que mantendrá las restricciones en este ámbito. El Impuesto PAIS seguirá aplicándose a la compra de dólares para atesoramiento y para pagos con tarjetas en moneda extranjera, lo que refuerza la política de desalentar el uso de pesos para la adquisición de divisas.
Actualmente, el dólar turista, que se utiliza para consumos en el extranjero, tiene un costo superior a los $1.500 según el tipo de cambio del Banco Nación, con una carga tributaria del 60%. Este valor es considerablemente más alto que el dólar blue, lo que hace que otras opciones, como el dólar MEP o la utilización de dólares en efectivo, sean más atractivas para quienes necesitan pagar en el exterior.
En definitiva, aunque el recorte del Impuesto PAIS beneficiará a las importaciones y podría aliviar la inflación, los consumidores no verán una reducción en sus costos cuando utilicen tarjetas de crédito para compras en el exterior. Las cargas impositivas actuales, que incluyen un 30% de Impuesto PAIS y otro 30% en concepto de percepción a cuenta de Ganancias o Bienes Personales, permanecerán sin cambios en el corto plazo.