Se trata, sin lugar a dudas, de una de las periodistas más importantes de los medios de comunicación de nuestro país. Y es que Cristina Pérez ha sabido muy bien de qué manera conquistar al público con su forma de ser y de dar a conocer las noticias. Sin embargo, esta vez en su programa de Radio Rivadavia, Cristina Sin Vueltas, donde habló en torno a lo que está pasando en Venezuela y la reacción de Lula de Silva, presidente de Brasil.
«Nicolas Maduro terminó arrastrando en su lodo de vergüenza y descrédito a Lula Da Silva. Cuando se agotaron todos los tiempos para la entrega de las actas, en vez de reconocer el triunfo de la oposición, el presidente de Brasil no tuvo mejor idea que sólo desconocer el triunfo de Maduro y pedir nuevas elecciones. En vez de exigirle que respete la voluntad popular, le dice que intente de nuevo. La líder de Venezuela Corina Machado no tardó en responderle», comenzó diciendo.
«El capítulo de enriedos que se abrió luego de esa fallida propuesta, en principio respaldada por Colombia, muestra lo aislado que está el dictador pero también sus patrocinadores de izquierda, cada vez más incómodos con la defensa de lo indefendible. Por unas horas de confusión se había creído que el presidente de los Estados Unidos, había respaldado a Lula, pero lejos de eso, lo que le había pasado a Joe Biden es que no había entendido bien la pregunta y el comunicado de la Casa Blanca no tardó en rectificar el malentendido, demandando que se inicie una transición política», lanzó la comunicadora.
Sin tapujos, Cristina Pérez decidió ir por más. «Para esas horas, ya ni Gustavo Petro respaldaba la posición de Brasil y salía con otra entelequia: pedir un gobierno de transición. Es decir, pedirle a Maduro que comparta el gobierno con los mismos que acusa a diario de asesinos y terroristas y que su justicia adicta manda a detener. Tan mala fue la propuesta de Brasil que la rechazó hasta Nicolás Maduro, porque aceptarla sería dar el brazo a torcer en lo que se aferra: que él ganó las elecciones. Es que no se puede tener medias tintas con una dictadura. Las democracias se basan en reconocer los resultados y la alternancia, cosa que desde hace por lo menos una década el chavismo se encarga de evitar hasta el punto de lo insostenible, que es precisamente ahora», aclaró.
«Sin espacio para aclaraciones, en estas horas, Lula da Silva volvió a pecar de eufemismos. Dijo que el régimen de Venezuela es desagradable y autoritario, pero que no es una dictadura. Secuestros, desapariciones forzadas, torturas, persecución y censura. Más de dos mil detenidos desde las elecciones, periodistas acusados de terrorismo con posibles penas de hasta 20 años de cárcel y casas de opositores marcadas con cruces al mejor estilo nazi. Parece que la palabra desagradable le queda chica a Venezuela», dijo Cristina Pérez.
«Cuando Lula da Silva propone realizar nuevas elecciones no sólo insulta al pueblo venezolano. Insulta a toda persona de bien que defienda la democracia. Si algo ha permitido este proceso, es saber quiénes llaman las cosas por su nombre y quienes sacrifican en el altar de la ideología hasta sus más caros valores. Apoyar a Maduro a esta altura es ser cómplice de su dictadura y de sus crímenes», sentenció la comunicadora.