Un grupo de bancos anticipa una devaluación del peso argentino antes de diciembre del 2024. Esta proyección sugiere un ajuste cambiario más pronunciado que el ritmo de devaluación mensual del 2% que ha mantenido el Banco Central de la Argentina desde el inicio del año. Según el informe, el tipo de cambio oficial podría incrementarse un 32,5% alcanzando los $1.233,2 por dólar.
Un reciente estudio de LatinFocus ha revelado que la recesión que afecta al país podría prolongarse, sin señales claras de un rebote económico en el corto plazo. Con una acumulación de inflación interanual a fin de año del 141,7%, por debajo del 211,4% registrado en 2023. A pesar de los esfuerzos del Gobierno para contener la inflación y estabilizar la economía, las expectativas no son alentadoras.
Los economistas encuestados manifestaron dudas sobre la capacidad del Gobierno para mantener un control efectivo sobre el mercado cambiario. A pesar de las recientes medidas para sanear el balance del BCRA y frenar la emisión monetaria, aún no se ha establecido un calendario concreto para levantar las restricciones cambiarias, lo que genera incertidumbre en los mercados.
La actividad económica, que mostró una leve mejoría en mayo debido a una cosecha más robusta comparada con la pobre producción agrícola del año anterior, se prevé que mantenga una tendencia débil a lo largo del 2024. Los expertos coinciden en que este repunte será transitorio y limitado a los meses de cosecha, sin un impacto duradero en el crecimiento económico general del país.
La dolarización de la economía argentina parece lejana
En este contexto, un sector del oficialismo sigue impulsando la idea de dolarizar la economía, un cambio radical que implicaría la adopción del dólar estadounidense como moneda de curso legal. Sin embargo, esta propuesta enfrenta escepticismo, ya que muchos consideran que no es una solución viable para la situación actual de la Argentina.
Finalmente, el informe de LatinFocus resalta que el proceso de reequilibrio macroeconómico que está llevando adelante el Gobierno, caracterizado por un importante ajuste fiscal y una erosión de la renta disponible de los hogares, podría mantener el crecimiento económico en niveles muy bajos durante el próximo año, profundizando así los desafíos que enfrenta el país.