En los primeros siete meses de 2024, los subsidios del Gobierno nacional a la energía disminuyeron un 40% en términos reales, y la balanza comercial del sector presentó un superávit de US$2934 millones, un cambio drástico respecto al déficit de US$1158 millones registrado en el mismo período del año pasado.
Este repunte en la balanza comercial se atribuye principalmente al aumento en las exportaciones de petróleo y a la reducción en las importaciones de gas, impulsada por la puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner. Según un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de Buenos Aires (IIEP), esta reducción fue clave para aliviar las finanzas del Estado.
Las exportaciones de energía aumentaron
Esta infraestructura ha permitido a la Argentina sustituir las costosas importaciones de gas natural licuado (GNL) con producción local de Vaca Muerta, marcando un punto de inflexión en la política energética del país.
Las exportaciones de petróleo registraron un crecimiento del 65% en los primeros siete meses del año, ascendiendo de US$1887 millones a US$3115 millones. Este aumento en las ventas externas fue especialmente notable en julio, donde se reportó un incremento del 89,8%, con Estados Unidos, Chile, Panamá, Brasil y Países Bajos como principales destinos, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
El sector energético en su conjunto también experimentó un crecimiento del 28,5%, generando ingresos por un total de US$5.665 millones. Este avance fue impulsado por un incremento en las cantidades exportadas, que crecieron un 28,3%, mientras que los precios se mantuvieron estables. La diversificación de las exportaciones de lubricantes y electricidad también contribuyó a este resultado positivo.
Por otro lado, las importaciones de combustibles y lubricantes disminuyeron un 51% durante los primeros siete meses del año, pasando de US$5565 millones a US$2731 millones. Esta reducción se debió en parte a la caída de los precios, pero principalmente a la disminución en las cantidades importadas de GNL, gasoil y energía eléctrica, lo que reflejó una menor dependencia del exterior.
Los menores costos de importación y el aumento de las tarifas de gas y electricidad permitieron que los subsidios al sector crecieran solo un 129% en términos nominales, lo que en la práctica representó una disminución del 40% en términos reales.
