Pétrus es el vino más famoso de la región de Pomerol, en Burdeos, a cuya denominación pertenece. A pesar de que los vinos de Pomerol nunca han sido clasificados, Pétrus es hoy uno de los más estimados y costosos del mundo.
Hasta unos años antes de que aconteciera la Segunda Guerra Mundial, Pétrus fue propiedad de la familia Arnaud por casi dos siglos. En 1925, la estancia fue parcialmente adquirida por Madamme Loubat, esposa del dueño del Hotel Loubat de Libourne. Hacia 1949, la estancia consistía en 6,5 hectáreas plantadas un 70% de Merlot y un 30% de Cabernet Franc. Veinte años más tarde se sumaron cinco hectáreas lindantes del Château Gazin.
Si bien fue galardonado con una medalla de oro en la Exhibición Internacional de París en 1878, y la Sociedad Vinícola de Londres le dio una mención en 1893, Pétrus recibió poca atención internacional hasta las cosechas de 1945 y 1947. Su concentración excepcional de color, aroma y riqueza de sabor deriva de la presencia de arcilla en la mitad del viñedo y en el subsuelo. Ello garantiza un especialmente buen drenaje.
La consolidación de su fama
Pétrus debe, sin embargo, su renombre a Monsieur Jean-Pierre Moueix, de los mercaderes de Libourne., que comenzó su negocio antes de la Segunda Guerra Mundial. Él se hizo cargo de la distribución de Pétrus 1945 y, luego del deceso de Mme. Loubat en 1961, adquirió el 50% de las acciones, mientras que la otra mitad permaneció en manos de la sobrina de Loubat, Mmme. Lily Lacoste. Eventualmente, el primogénito de Jean-Pierre, Jean-François Moueix terminó de hacerse con el total de las acciones en 2003. En la actualidad, el hijo del distinguido enólogo Jean-Claude Berrouet, Olivier, es quien administra la propiedad y está a cargo de la elaboración del vino. Las limitadas dimensiones de la propiedad aseguran que todas las uvas pueden ser cosechadas, en la madurez óptima, en un día y medio de ser necesario.
Pétrus es celebrado como el «Premier Cru no oficial de la orilla derecha». La estancia produce, de manera consistente, algunos de los más finos y especiales vinos del mundo. Tener la ocasión de degustar un Pétrus siempre constituye una experiencia surreal. La complejidad del vino mientras evoluciona en la copa y se aprecia la identidad extraordinaria de su sabor es garantía de asombro. Al terminar la copa, uno se queda con un vestigio incomparable de la leyenda que constituye Pétrus.
Una manera especial de iniciarse en el viaje de descubrimiento de Pétrus es de la mano de su cosecha 2014. Este ejemplar es descrito como un vino con un aroma que arremete desde la copa con cerezas rojas exóticas, naranja carmesí, tarta de frutillas y esencias de cedro. Opulento y generoso, Pétrus adquiere balance en boca gracias a sus taninos refinados
Características del viñedo
Actualmente, el total de hectáreas de la propiedad Pétrus ascienden a 11,4 ubicadas sobre una meseta en el área oriental de Pomerol. Si bien, como mencionamos, un porcentaje estaba reservado a vides Cabernet Franc, estas fueron eventualmente reemplazadas por el varietal Merlot, deviniendo en monovarietal a partir de la añada 2011. La cosecha de 2010 fue la última en contener un 3% de Cabernet Franc.
La estancia se ubica entre las primeras de Burdeos en realizar la poda en verde para minimizar los rendimientos de la cosecha y, de esa manera, aumentar la calidad de las uvas restantes. Tal es así que algunos años llegaron a eliminar hasta un 50% de la cosecha. La cosecha está entre las menores de Burdeos en parte a través de este éclaircissage o poda en verde. Una curiosidad que distingue de manera especial a esta finca es que allí no existe ningún auténtico château físicamente. Ello justifica por qué el vino normalmente es llamado Pétrus, y no Château Pétrus.
Los frutos son recolectados cien por ciento a mano durante dos o tres días y fermentan en cubas de cemento a temperatura controlada. El vino joven envejece en barricas nuevas de roble francés durante veinte meses. Es importante destacar que en la producción de Pétrus se lleva a cabo un riguroso proceso de selección previo al ensamblaje en cuba y que, por ello, algunos lotes se rechazan para el Grand Vin.