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POLÍTICA

El disparate de Mayra Arena: «La obra pública es de las corrupciones más transformadoras»

La simpatizante y referente del peronismo en el AMBA, afirmó que es mejor elegir a los políticos que «roban, pero hacen» y puso el ejemplo de la obra pública.

Mayra Arena

Mayra Mendoza, militante del peronismo y escritora, afirmó que la obra pública es un «mal» necesario porque a pesar de que hay corrupción, al final del camino queda algo positivo al país. En cambio, Mendoza cuestionó otro tipo de corrupciones que no le «dejan nada al país» como todo aquello relacionado a leyes que benefician empresas a cambio de coimas.

«Alberto Fernández creo que tiene una de las corrupciones más inútiles que es la de tramiterío, que es esa que va por los curros de los seguros o una ley que es muy de los radicales. Esa corrupción de te doy tantos viajes, pero me sacas esta ley… es la peor corrupción porque cuando se va, no le deja nada al país», afirmó Arena, en una entrevista para el programa Blender.

«En cambio la corrupción de la obra pública, que es la corrupción de la que he hablado siempre como procorrupción, estimula que hagamos todo el tiempo obra pública, es decir, si las partes muerden de ahí, entonces te conviene que haya un montón de cosas porque vos mordés de ahi, entonces es de las corrupciones más transformadorases el roban, pero hacenno me calienta«, sostuvo la licenciada en Ciencias Políticas que se hizo conocida por contar sus anécdotas cuando vivía en un barrio vulnerable con escases y falta de recursos básicos.

El análisis de Mayra Arena deja poco para el país

Las declaraciones de Arena no solo son sorprendentes, sino que también minimizan el impacto devastador de la corrupción en la sociedad. Su idea de que ciertos tipos de corrupción pueden ser «necesarios» porque al final dejan infraestructuras o proyectos terminados, ignora por completo las consecuencias a largo plazo, como el desvío de fondos que podrían haberse utilizado de manera más eficiente, la perpetuación de prácticas corruptas y la erosión de la confianza en las instituciones.

La defensa de la corrupción en la obra pública como una forma «transformadora» es un disparate total que subestima el daño que estas prácticas causan al país. La corrupción, en cualquier forma, distorsiona la democracia, fomenta la desigualdad y crea un círculo vicioso de impunidad. Justificarla bajo la premisa de que «al menos se construye algo» es peligroso y refleja una visión distorsionada de lo que debería ser el manejo honesto y transparente de los recursos públicos.

Mayra Arena, con sus declaraciones, parece olvidar que la corrupción no solo socava la moral de la sociedad, sino que también impide un desarrollo sostenible y equitativo.

La corrupción es, sin duda, uno de los mayores obstáculos para el progreso de cualquier país. Al intentar distinguir entre formas «útiles» y «no útiles» de corrupción, Arena trivializa un problema profundo que afecta a millones de argentinos. Es imperativo recordar que el fin nunca justifica los medios, y que cualquier forma de corrupción, por más «transformadora» que pueda parecer, es un cáncer para la sociedad.