Sven-Goran Eriksson, uno de los entrenadores más reconocidos del mundo del fútbol, falleció este lunes a los 76 años luego de batallar contra un cáncer terminal en el páncreas. El sueco dirigido a grandes equipos del mundo como Roma, Lazio, aunque es más recordado por su paso por la Selección de Inglaterra, con la que enfrentó a Argentina en el Mundial de 2002.
«Nuestro padre Sven-Goran Eriksson se durmió tranquilamente en su casa de Bjorkefors, en las afueras de Sunne, esta mañana», comunicaron sus hijas en un mensaje oficial. «Durante mucho tiempo luchó valientemente contra su enfermedad, pero ahora ha llegado su fin. Papá nos contó a principios de este año sobre su grave enfermedad y recibió una respuesta increíble de amigos y fanáticos del fútbol de toda Europa».
Eriksson comunicó su enfermedad en enero y desde entonces fue homenajeado en diversos clubes de Europa. «Lo invitaron a varios equipos de fútbol de Inglaterra, Italia, Portugal y Suecia. Compartieron su amor por el fútbol y por papá. Fue inolvidable para él y para nosotros. Expresó su agradecimiento y alegría y afirmó que palabras tan hermosas normalmente sólo se pronuncian cuando alguien ha fallecido. Esperamos que recuerden a Sven como la persona buena y positiva que siempre fue, tanto en público como en casa con nosotros», cierra el mensaje de las hijas.
Eriksson y su enfermedad
Hace pocos días se estrenó un documental sobre Eriksson en lo que fue una despedida del entrenador sueco. “Tuve una buena vida. Creo que todos tenemos miedo del día en que muramos, pero la vida también se trata de la muerte. Tienes que aprender a aceptarla como es. Con suerte, al final la gente dirá: sí, era un buen hombre, pero no todo el mundo dirá eso. Espero que me recuerden como un chico positivo que intentaba hacer todo lo que podía do. No se arrepientan, sonrían. Gracias por todo, entrenadores, jugadores, público, ha sido fantástico. Cuídate y cuida tu vida. Y vívela. Adiós”, dijo el DT.
«Voy a resistir todo el tiempo que pueda», le dijo Eriksson a la BBC en enero al dar cuenta públicamente de que sufría un cáncer terminal, aunque admitió que los pronósticos no eran alentadores. «Tengo una enfermedad que es grave. En el mejor de los casos, un año, en el peor, mucho menos. Es imposible decirlo exactamente, así que es mejor no pensar en ello», agregó el entrenador, que tuvo una dilatada trayectoria en clubes de Europa como Benfica, Roma y Lazio antes de ser entrenador de selecciones como Inglaterra y México.
El día a día de Eriksson
«Vivo una vida totalmente normal», contó Eriksson. «No estoy en el hospital, voy de vez en cuando de visita, pero vivo en casa y tengo amigos aquí. En Navidad y Año Nuevo estuvo aquí toda la familia, mucha gente. Voy a salir a intentar hacer el máximo ejercicio posible, que es menos que hace un año, pero hago vida normal», agregó el entrenador, que fue saludado por grandes estrellas de Inglaterra como Wayne Rooney tras conocerse la noticia. «Cuando recibes un mensaje como ese, valoras cada día y eres feliz cuando te despiertas por la mañana y te sientes bien, así que eso es lo que estoy haciendo», dijo Eriksson. Y contó cómo se enteró de lo que sufría.
«Pensé que estaba completamente sano pero de repente tuve un pequeño derrame cerebral, me caí y mis hijos me llevaron al hospital. Después de un día de examen me dijeron que había tenido cinco pequeños derrames cerebrales, pero me dijeron ‘no hay problema, te recuperarás al 100%’, pero lo peor es que dijeron que tengo un cáncer del que no pueden operarme. Dijeron que me darían tratamiento y medicamentos para tratar de vivir el mayor tiempo posible. Tengo ese diagnóstico y lamentablemente no pueden operarme».