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VIDA Y ESTILO

Tempranillo y su recorrido de España a Argentina

Una cepa que ha sabido adaptarse con éxito a las oferentes tierras de nuestro país y que, con versatilidad, constituye un componente necesario en la mayoría de los vinos.

Pinot Noir

El Tempranillo es un varietal que ha sido plantado con entusiasmo en España. Tal es así que para el año 2010 se convirtió en el cuarto más popular a nivel mundial. Hay quienes argumentan que el Tempranillo es la respuesta ibérica al Cabernet Sauvignon francés. En efecto, es el tipo de uva que opera como columna vertebral de una considerable cantidad de excelsos vinos tintos españoles.

Sus frutos se caracterizan por una cáscara gruesa y por ser capaces de elaborar vinos duraderos y de color intenso que no son particularmente muy elevados en alcohol. Sus racimos son grandes y compactos, destacando los hombros. Las bayas son de tamaño medio y color negro azulado, con pulpa blanca. Estas características son únicas y la hacen fácil de identificar. El Tempranillo se transformó en el varietal más popular de vino tinto en España a comienzos del siglo XXI. Para 2011 se plantaron un total de más de 206.000 hectáreas en, prácticamente, todas las regiones excepto por aquellas en extremo sur y el noroeste. Se encuentra presente en, prácticamente, todas las denominaciones de origen españolas.

El Tempranillo probablemente ganó su nombre gracias a su propensión a madurar temprano; más específicamente, hasta dos semanas antes el Garnacha, con el que es habitualmente combinado para la elaboración del vino Rioja. Este relativamente corto ciclo de crecimiento habilita la posibilidad de prosperar en el agresivo clima de Rioja Alta y Rioja Alavesa, donde los viñedos de Tempranillo constituyen, por lejos, la hegemonía con un total de 34,383 hectáreas en 2011. La cepa Tempranillo es, tradicionalmente, criada en arbustos bien espaciados, aunque, asimismo, respondió bien a las pruebas de cultivo en alambre.

Su llegada a Argentina

La uva Tempranillo arribó al continente de mano de los españoles durante el siglo XVII. En un comienzo, presentó problemas para adaptarse al clima. Sin embargo, ha demostrado buenos resultados en las provincias vitivinícolas argentinas. Hoy en día es altamente apreciada y valorada. Así, la uva Tempranillo se cultiva mucho en Argentina, y más precisamente en Mendoza, San Juan y La Rioja. Actualmente, en Argentina, el Tempranillo está en auge. Ha proliferado de manera considerable en los últimos años hasta que, hoy por hoy es una de las uvas tintas más populares en el país.

La Tempranillo demuestra preferencia por los climas con influencia mediterránea, tal como es la situación en España. Asimismo, se adapta particularmente bien a suelos calizos, arcillosos y con buen drenaje. Estos suelos contribuyen a su crecimiento con plenitud y su maduración correcta. Como mencionamos antes, en el país, Mendoza, San Juan, y La Rioja son las principales regiones para la uva Tempranillo, ya que han logrado exitosamente adaptar esta variedad de uva tinta ibérica, de manera tal que hoy son bien conocidas por sus vinos de alta calidad con Tempranillo.

Su performance en las provincias

Mendoza brilla por su reputación en tanto que supone el centro vitivinícola más grande de Argentina. Presenta zonas como la alta del río Mendoza que es óptima para la producción del mejor Malbec. Por otro lado, el Valle de Uco tiene viñedos entre 900 y 1200 metros sobre el nivel del mar de altitud. Por su parte, en la zona del este mendocino, casi la mitad de la plantación total se compone de Bonarda, Tempranillo, y Syrah.

En el caso de San Juan, esta provincia presenta alrededor de sesenta mil hectáreas de viñedos a 630 metros sobre el nivel del mar. Es la provincia líder en la producción de uva de mesa en nuestro territorio; pero es, igualmente, clave en el cultivo de Tempranillo. Por otro lado, en la Rioja, Chilecito sobresale con unas cinco mil hectáreas de vides. En estos dominios, la Tempranillo crece con prosperidad gracias al suelo y clima. Esto le da a los vinos de La Rioja particularidades muy especiales.

La uva tempranillo es muy dúctil. Esto habilita la elaboración de distintos tipos de vino en Argentina. Es posible hallar desde vinos jóvenes y afrutados hasta los crianza en roble y las reservas. Los productores vitivinícolas argentinos emplean esta uva al máximo de su potencial. Los vinos jóvenes de tempranillo argentino presentan cualidades frescas y aromáticas, principalmente con reminiscencias de fruta roja. Principalmente, rigen sabores como cerezas, frambuesas y moras. Son especialmente apropiados para consumir cuando son jóvenes, ya que resalta su fruta y suavidad. En el caso de los vinos con más complejidad, destacan los tempranillos criados en barrica de roble. Estos ejemplares adquieren sabores de especias, vainilla y chocolate. La crianza en barrica, como suele ocurrir, les da profundidad y equilibrio.

En las zonas altas argentinas están las reservas y grandes reservas de tempranillo. Son vinos verdaderamente suaves y elegantes. Esto se consigue únicamente con un envejecimiento cuidadoso. Suponen la máxima calidad de Tempranillo en el país.