Por primera vez en cuatro meses, el dólar MEP perforó la barrera de los $1200, marcando una tendencia bajista que se interpreta como un signo de estabilización en el mercado cambiario. Esto refuerza la idea de que el equipo económico de Javier Milei ha logrado contener la presión sobre los dólares financieros y empieza a ganar la batalla en la plaza local.
El descenso del dólar MEP, que cerró este jueves a $1198,9 de acuerdo a datos de la agencia NA, no solo refleja una baja significativa, sino que además lo posiciona en su nivel más bajo desde mayo, cuando se ubicaba en $1182,71. Este movimiento ha sido acompañado por una disminución sostenida del dólar blue, que cerró a $1205, a solo un paso de romper también la barrera de los $1200.
Esta tendencia bajista no se limita solo al MEP y al blue. El dólar contado con liquidación (CCL), que permite sacar divisas del país, también se desvalorizó este jueves, pasando de $1234,15 a $1231,01. Estos movimientos ocurren sin la necesidad de intervenciones oficiales, lo que refuerza la idea de una estabilización natural del mercado.
Las reservas del Banco Central siguen aumentando
El gobierno ha aprovechado esta situación para aumentar sus reservas. El Banco Central (BCRA) compró este jueves US$110 millones, lo que eleva su acumulado en las últimas 14 jornadas a unos US$1000 millones. Este fortalecimiento en la capacidad de compra del BCRA ha sido clave para presionar a la baja los tipos de cambio libres.
La caída del dólar MEP, así como del blue y del CCL, ha reducido significativamente la brecha cambiaria. Actualmente, esta diferencia entre el dólar oficial y sus versiones de mercado se encuentra entre el 23% y el 26%, los niveles más bajos desde mayo, cuando el BCRA comenzaba a mostrar dificultades para mantener sus reservas.
Con estas cifras, el gobierno puede argumentar que ha logrado estabilizar la situación cambiaria, al menos en el corto plazo. La clave ahora será mantener esta tendencia a medida que se implementen nuevas políticas y se avance en la segunda etapa del blanqueo de capitales, que promete inyectar más dólares en el sistema financiero.