Desde sus redes sociales, Jimena Barón mantiene una relación muy fluida con sus seguidores. La cantante suele usar su plataforma para compartir sus aventuras con su hijo y su novio o dar consejos de cocina, sin embargo, en esta oportunidad la intérprete de La Cobra apostó por entregarle a sus fanáticos una importante reflexión.
“Voy a decir algo especial, algo que dije ayer en terapia y que sentí que fue, como dicen, revelador. Estaba en mi terapia y en un momento le digo a mi psicóloga ‘si, por suerte yo me di cuenta que ya no me doy esos palos tremendos que me daba antes, creo que es porque yo ya no ando a 220 (kilómetros) por la vida’. ¡Boom! Momento meme”, comenzó Jimena Barón.
“Y ahí le dije a ella, y se los comparto a ustedes, vieron que hay un video sobre el peligro de manejar muy rápido que te muestran los efectos en el auto cuando uno choca yendo a 60 en comparación a cuando uno choca yendo a 70 km, 80, 100, 120 y 200, que el auto cuanta más velocidad alcanza, peor queda», relató Jimena Barón, de cara a la cámara.
«Bueno, así es la vida, mis queridos y mis queridas. Tranquila, si vos vas a 22 km0, te pegás un palo que es destrucción total. No se expongan en la vida a la destrucción total. Vayan tranquilas. Yo sé que tranquilidad no es una palabra que cotiza mucho cuando uno es joven. Porque uno es más…. Pero dejen eso para la montaña rusa», reflexionó.
«Te linkeo todo con que me estoy yendo a Disney. Si vos vas más tranquila, igual que el video este del auto y el choque, es menor el golpe, no te pegás esos “palazos” que después no te podés ni levantar, así que tranca, palanca, conocé, no te tires al vacío. De a poquito, un poquito de desconfianza, un poquito de tiempo, tranquila. Fue una pavada, pero fue revelador también. Claro, yo iba muy rápido con todo”, cerró la cantante.
Jimena Barón habló de su padre
Después de una larga ausencia en las redes sociales, Jimena Barón volvió con un triste relato sobre el fallecimiento de su padre. «Bueno, anduve medio desaparecida estos días. Estuve triste. Tristeza, llanto, lloraba… Me acordé de mí padre, que en paz descanse. Tuve un papá abandónico que se tomó el palo. Entonces, con el muerto me pasa por primera vez en la vida que cuando yo quiero verlo o decirle algo, voy y lo veo. ¿Se entiende?”, comenzó.
“Yo suelo ir al cementerio, sentarme un rato, tener una conversación. Ya sé que no está ahí, sé que está muerto. Pero es como cuando uno va a la iglesia. Yo no creo que Dios esté ahí en un escritorio diciendo ‘mirá, vino Jimena y me está pidiendo algo’. No está mi papá. No está en el cementerio. No estaba más. Tuve mi conversación con alguien y ahora tengo que ir a averiguar qué pasó. Los papeles desaparecieron, su cuadrado también. Así que tendré que ir a las oficinas. La historia no tiene cierre todavía”, expresó angustiada.