Siempre dispuesta a abrir su corazón. De esta manera es como se muestra una de las figuras más importantes del mundo del espectáculo de nuestro país, como es el caso de Mica Viciconte. Esta vez, en una entrevista con Para ti, habló de su trabajo y cómo es su rol como madre de Luca, su pequeño en común con Fabián Cubero.
En primera instancia, se manifestó en torno a sus deseos en cuanto a su trabajo. «Me identifico mucho con los programas de competencias, de reality. Pero también tengo una edad, que ya tengo que afrontar un poco la vida. Tengo 35, y no tengo el estado físico que tenía a los 25, es una realidad. Obviamente, cuanto más grande sos, también más cuesta y no me veo compitiendo colgada de una liana hoy. Pero sí lo disfruté mucho. Me encanta el deporte y es una etapa que recuerdo con mucha alegría», sostuvo.
«Estoy del lado del panel, con un rol súper relajante. Está buenísimo, estamos con Ariel Rodríguez Palacios en ‘Ariel en su salsa’. Estamos súper bien ahí, súper contentos, pero quizás conducir algo de entretenimiento creo que me gusta más, es un como un sueño que tengo», lanzó.
Fue en ese momento cuando se refirió a su forma de ser. «Soy extremadamente controladora. Tengo que tener todo bajo control. Es un problema porque la paso mal y hoy estoy tratando… Soy reestructurada, pero también te auto exigís todo el tiempo y entonces la terminás pasando mal. Si yo llego a casa y si no está la cama armada, se te va la vida en esas cosas, que no son tan importantes, pero para mí sí. Entonces no lo puedo manejar y digo ‘bueno, la armo'», apuntó Mica Viciconte.
Además, se encargó de hablar de cómo busca trasmitirle esto a su hijo Luca. «Nos levantamos a la mañana antes del colegio y armamos la cama juntos. Él guarda la cucheta de abajo, trae los almohadones, entonces ya es como un hábito. Sabe que tiene que ir a lavarse los dientes, entonces se sube a la escalerita y se lava los dientes. Él quiere agarrar su yogur, va y lo hace», explicó.
«Está bien, soy un poco extremista, lo sé, puedo ser un poco más relajada. Jugamos todo bien, tiramos todos los juguetes, pero después a guardar. Se ve que me ve limpiando a mí y viste que los chicos copian, el otro día se le cayó agua y fue a buscar el trapo y lo limpió él. ‘Perfecto, hijo, es todo lo que deseé’. El día de mañana él elegirá si quiere eso o no. Por lo menos sabe lo que es un trapo de piso, un secador», sentenció.