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POLÍTICA

Arancelamiento a extranjeros: qué dice la UBA

La UBA se ha convertido en un centro de discusiones respecto a la gratuidad de la educación superior para los estudiantes extranjeros no residentes.

UBA

La Universidad de Buenos Aires (UBA) se ha convertido en un centro de discusiones respecto a la gratuidad de la educación superior para los estudiantes extranjeros no residentes. Este debate no es nuevo, pero ha ganado relevancia en un contexto de creciente presión sobre los recursos del sistema educativo público argentino, lo que ha llevado a cuestionar si las normativas vigentes se ajustan a la realidad actual del país.

Las leyes que regulan el acceso de estudiantes extranjeros a la educación superior en Argentina son claras. La Ley de Migraciones (2003) y la Ley de Educación Superior, informó NA, garantizan que cualquier persona, sin importar su nacionalidad o situación migratoria, pueda acceder de forma gratuita a la educación pública. Sin embargo, este marco legal, en principio inclusivo y acorde con una visión integradora, se enfrenta ahora a una serie de tensiones políticas, económicas y sociales que ponen a prueba su viabilidad.

Un sistema bajo presión

El acceso irrestricto a la educación para extranjeros, incluyendo aquellos en situación migratoria irregular, ha generado un debate sobre la sustentabilidad del sistema. En los últimos años, la UBA y otras universidades públicas han experimentado un aumento significativo en la matrícula de estudiantes extranjeros, en particular de países limítrofes como Bolivia, Paraguay y Perú. Si bien la diversidad en las aulas enriquece el intercambio académico y cultural, algunos sectores plantean si el país puede seguir sosteniendo este nivel de apertura en un contexto de restricciones presupuestarias.

Los críticos del sistema señalan que, en un contexto de crisis económica y recortes al gasto público, es necesario replantear la gratuidad universal para estudiantes no residentes. Argumentan que los recursos del Estado deberían priorizar a los ciudadanos argentinos, especialmente en un momento donde las instituciones enfrentan desafíos financieros para mantener los niveles de calidad académica y garantizar la infraestructura adecuada.

Marco legal: ¿Rigidez o adaptabilidad?

El marco legal actual se ancla en principios de igualdad y derechos humanos, consagrados tanto en la Ley de Migraciones como en la Ley de Educación Superior. Según estas normativas, no puede haber distinciones basadas en la nacionalidad o el estatus migratorio de los estudiantes. No obstante, el artículo 6 de la Ley de Migraciones fue redactado bajo una lógica de inclusión, sin prever el impacto que un cambio en las dinámicas migratorias podría tener en la estructura universitaria argentina.

Modificar estas leyes no es sencillo. Cualquier alteración requeriría una reforma legislativa que pase por el Congreso, o un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), que no parece estar en la agenda inmediata del gobierno. Además, cualquier intento de modificar estas normativas enfrentaría la oposición de diversos sectores, tanto dentro del ámbito académico como de la sociedad civil, que ven en la educación pública gratuita para todos un valor fundacional de la Argentina.

¿Hacia un modelo mixto?

Frente a este panorama, algunos expertos proponen explorar soluciones intermedias, como la implementación de un modelo mixto que permita cobrar aranceles diferenciados a estudiantes extranjeros no residentes, sin comprometer el acceso universal para aquellos en situación de vulnerabilidad. Este modelo ya se aplica en otros países de la región, donde los extranjeros pagan tarifas más altas que los ciudadanos locales para acceder a la educación superior pública.

Este enfoque, sin embargo, también tiene sus detractores. Muchos argumentan que la educación superior en Argentina ha sido históricamente un motor de movilidad social y que imponer barreras económicas, aunque sea solo a extranjeros, podría erosionar este principio. Además, la implementación de un sistema de aranceles podría tener un impacto negativo en la internacionalización de la UBA, una universidad que se ha destacado por atraer talento de toda la región.

Conclusión

El debate sobre la gratuidad de la educación para extranjeros en la UBA y otras universidades públicas refleja tensiones más amplias dentro del sistema educativo y la sociedad argentina. Si bien las normativas vigentes han demostrado ser una herramienta inclusiva y equitativa, la realidad económica actual obliga a replantear cómo sostener este sistema sin comprometer su calidad. Cualquier cambio en esta dirección deberá equilibrar la necesidad de mantener el acceso universal con la urgencia de asegurar la sustentabilidad del sistema educativo argentino en el largo plazo.