Siempre directa, sincera y sin pelos en la lengua. De esta manera es como se ha mostrado nada más y nada menos que Viviana Canosa, una de las personalidades más importantes de los medios de comunicación de nuestro país. Esta vez, fue noticia por la charla que tuvo con Yanina Latorre.
En un especial para Teleshow, la periodista recordó cómo fue atravesar por un cáncer de mama. «Yo le tenía miedo a la muerte y por tenerle miedo a la muerte no vivía. Vivía con miedo. Y me levantaba a la mañana. ¿Y viste? Y siempre con el miedo. Si me enfermo. Si se enferma alguien que quiero. Hasta que tuve cáncer y me di cuenta que entré al quirófano. Salí. Me sacaron una pelota así, por suerte pasó», dijo.
«Yo me acuerdo algo como si fuera ayer. Martina tenía cuatro años y yo me acostaba todas las noches al lado de ella, arrodillada en su cama y le pedía a Dios y a todos los santos que por favor me diera vida para acompañarla. Quién la iba a educar a Martina, a enseñarle a ser femenina, a llevarla al colegio, a contarle cómo se tenía que vestir. ¿Qué iba a estudiar? Viajar», lanzó Viviana Canosa.
Inmediatamente, decidió ir por más. «Bueno, salí de la ducha. Martina tenía cuatro años. Hoy tiene 11. Todavía no estaba separada pero el padre de Martina, Alejandro estaba en Londres. Había ido a ver a su hijo. Mis padres estaban en el Sur viendo a mi hermana menor. Estaba sola con Martina y la señora que nos ayudaba en casa. Salgo de la ducha y yo ya lo sabía», explicó.
«Porque yo sentía el bultito, pero tenía miedo de enfrentarlo», sostuvo. «Ahí es cuando hablás del miedo a la muerte», añadió Yanina Latorre. «Claro, Y faltaba poco para que Martina cumpliera cuatro años. Y me toqué y sentí un bulto. Era un bulto que se palpaba. Y digo ‘no me gusta'», advirtió.
«Yo no te soy valiente hasta que soy. Entonces estaba haciéndome la ecografía y me dice la mina que había algo complicado. Me dice acá hay que hacerse una mamografía. Me dice ‘¿tenés tiempo? Andá a hacertela ahora’. Ya le vi la cara a la mina. Yo acostada vulnerable con el padre de mi hija afuera. Mis padres de viaje. ¿Viste cuando decís? ‘Desastre’. Le digo ‘sí, por supuesto. Voy ahora a hacérmela’. Termino, y por ser quien soy, como te pasa a vos, vas a un lugar y te resuelven todo. Hablo con el doctor y me dice: ‘Esto me parece que es heavy’. Vos ya te ves enterrada todos llorándote. Una tragedia», apuntó.
«Me vi muerta, pero también la fe. Digo, esto es una prueba más para mí. Y cuando me pueden operar, el tipo me dice ‘pasado mañana’ y le dije que sí. Entré al quirófano una madrugada. Eran las seis de la mañana. Tuve la gran suerte de que la pelota que tenía estaba encapsulada y me la sacaron entera y limpiaron un poquito alrededor. Y como además el médico era cirujano, me dejó la tet* hermosa, que me dijo cuando terminé: sé que es una frivolidad», finalizó.