La Ley de Financiamiento Universitario fue vetada por el presidente Javier Milei, quien además tuvo el apoyo de 86 diputados que apoyaron el veto. Uno de los que respaldó la decisión del mandatario es el senador del monobloque Libertad, Trabajo y Progreso Francisco Paoltroni que se mostró alineado con la postura del Gobierno en el conflicto universitario: «Hay que arreglar las cuentas, no es un paga Dios».
«Nunca se puso en duda la educación pública, pero sí hay que arreglar la cuentas, esto no es un paga Dios», sostuvo Paoltroni en declaraciones a Radio Splendid. El legislador, a pesar de haber sido expulsado del bloque de La Libertad Avanza (LLA), respaldo el veto porque hubiera implicado un aumento del gasto público que después «pagamos todos los argentinos cuando están comprando un paquete de yerba».
En este sentido, Paoltroni agregó: «Hay que ser ordenados: venimos del despilfarro, descontrol y de hechos de corrupción de todas las maneras posibles», sostuvo el senado que exigió auditorias en las universidades públicas y respaldó al Poder Ejecutivo en este veto: «Uno se lamenta por algunas cuestiones que harían más sencilla la reactivación económica, y por ahí hay señales contradictorias que se envían, y esto hace que se todo se demore un poco más».
«No hay que olvidarse de dónde venimos y de la catástrofe a la que nos estaban llevando, que no es ni más ni menos que los tristes indicadores de pobreza que arrastramos», manifestó Paoltroni que subrayó que «todo el pueblo argentino está haciendo un gran esfuerzo y esto debe ser hecho por todos».
La postura de Javier Milei
Horas antes, el presidente Javier Milei inauguró el Palacio Libertad Centro Cultural Domingo Faustino Sarmiento, antes llamado Centro Cultural Kirchner, con fuertes críticas a las universidades públicas: «Podrían permitir que se los audite, ¿no? Acá no está en discusión la universidad pública y gratuita. La discusión es que los recursos son escasos y robar está mal», apuntó.
«Principio de revelación: si no quieren ser auditados es porque deben estar sucios. Dejen de engañar a los argentinos y digan la verdad, que no quieren que los auditen para mantener sus curros y utilizan y prostituyen una causa noble para seguir defendiendo el robo de algunas agrupaciones políticas». Además, aseguró que la universidad pública nacional hoy «no le sirve a nadie más que a los hijos de la clase alta y a los ricos».
«En un país donde la gran mayoría de los niños son pobres y no saben leer ni escribir, ni realizar una operación matemática básica, el mito de la universidad gratuita se convierte en un subsidio de los pobres a los ricos. Los mismos que llevaron a cabo el intento de demonización contra Sarmiento son los que ahora pretenden rasgarse las vestiduras por la educación y toman a los alumnos de rehenes en sus desesperados intentos por mantener sus privilegios», completó.
