Un fuerte escándalo se desató tiempo atrás en la farándula luego de que Fernanda Iglesias acusara a Analía Franchín de amanazarla con dar a conocer la enfermedad mental que padece. El enfrentamiento no descansa, e invitada a El ejército de la mañana, el ciclo de streaming de Bondi Live que responde a LAM, el programa de Ángel de Brito, redobló la apuesta.
Invitada Bondi Live, Fernanda Iglesias contó que ella y Analía Franchín fueron al mismo colegio: «No teníamos relación, ella era medio putona. Rubia, toda teñida, con rulos, linda; yo era una estúpida, nunca me pintaba. Yo me hice conocida antes que ella, ella se hizo conocida por Coppola y yo por mi trabajo. Tuvimos buena relación hasta el año pasado».
«Hubo cosas que pasaron con mi ex marido que no me gustaron, sospecho que tuvieron algo, que hubo algo raro. El día que yo vuelvo de España deprimidísima ella lo llama a mi ex marido desesperada y diciéndole que yo iba a decir que ellos habían tenido algo. Hasta ese momento yo no sospechaba nada, hasta ese llamado», contó la periodista.
«Yo le pregunté a ella y me lo negó, Pablo (su ex marido) me mostró los chats porque yo enloquecí. Ellos no tienen relación, pero eso me hizo sospechar. Ella me amenazó con mandarme a la justicia si yo la ensuciaba y con contar cosas de mi vida privada con respecto a la salud mental. Yo le dije contá todo y contá que me acabo de clavar un blister entero de Clonazepam, para joderla. Ahí se paralizó», recordó.
«Fueron cosas que me habían pasado, crisis de nervios. Yo después lo conté, no quería sentirme amenazada o que alguien lo tergiverse. Antes teníamos buena onda, pero me cambio la mirada esto que pasó. Hasta el día de hoy lo jodo a Pablo con su ‘amiguita’. Yo no puedo asegurar nada, pero lo dejo a tu criterio», expresó Fernanda Iglesias.
Sobre su salud mental, Fernanda Iglesias manifestó: «Tocar fondo es muy terrible, es la muerte básicamente. Es la oscuridad total, no querer estar, no querer existir, ser muy egoísta en un punto. No pensás en nadie más que en vos y tu miserabilidad, tu tristeza y tu bajón. Entendés que tenés todo, ¿por qué quiero estar tirada en una cama todo el día?».
«No es que querés morir, es querer no estar y no sufrir. No sabés por qué sufrís, la mente es un misterio. Es mucho laburo diario todos los días, interno. Es mucha fuerza de voluntad, es tuya. La gente le re cuesta ayudar, es difícil, no sabés bien qué hacer. Me fallaron, me peleé con amigas que se enojaban conmigo y me trataban de manipuladora. Corté esas relaciones», contó la periodista.