Siempre sincero, directo y sin pelos en la lengua. De esta manera es como se muestra uno de los periodistas más importantes de los medios de comunicación de nuestro país. Esta vez, Sergio Lapegüe, figura de TN y La 100 FM fue noticia debido a lo que contó delante de cada uno de sus seguidores.
Esta vez, se encargó de contar una historia con que buscó dar una reflexión. «Quiero que pienses bien lo que te voy a contar, porque es una metáfora que puede cambiar tu perspectiva sobre muchas cosas. Imaginate esto: si tomás un sapo vivo y lo ponés en una olla con agua fría, no pasa nada, ¿verdad? Ahora, si esa olla la acercás lentamente al fuego, vas a presenciar algo muy interesante. El sapo se adapta a la temperatura del agua. Al principio, todo parece normal, el agua está fría, y el sapo está cómodo. A medida que el agua se va calentando, el sapo sigue ahí, tranquilo, ajustándose a ese aumento gradual de calor. No se da cuenta del peligro que se avecina», apuntó.
«El agua comienza a llegar a temperaturas más altas, y el sapo permanece, cada vez más adaptado al calor. ¿Qué pasa después? Cuando finalmente el agua hierve, el sapo, que naturalmente querría saltar para escapar, ya no tiene fuerzas. Está débil, agotado por el esfuerzo constante de adaptarse al aumento de la temperatura. Aunque desearía saltar, aunque intente escapar, no puede hacerlo. Ya es demasiado tarde», aseveró Sergio Lapegüe.
«El sapo no sabía que lo estaban cocinando, y lo que realmente lo mató no fue el agua hirviendo, sino su incapacidad para decidir cuándo era el momento de saltar, cuándo era suficiente. Mucha gente podría pensar que fue el calor lo que acabó con el sapo, pero la realidad es que lo que lo destruyó fue esa falta de acción, esa tendencia a adaptarse, a quedarse cómodo en una situación que, poco a poco, lo estaba matando. Se adaptó tanto que, cuando se dio cuenta de que estaba en peligro, ya no tenía fuerzas para reaccionar», relató.
Sin tapujos, Sergio Lapegüe expresó el mensaje que buscó dar. «Esta metáfora no es solo sobre un sapo en una olla. Es una advertencia para todos nosotros. Cuántas veces nos encontramos en situaciones equivocadas, en relaciones abusivas o tóxicas, rodeados de amigos que nos drenan la energía, pensando que tenemos que soportar, que debemos adaptarnos. Nos acostumbramos al malestar, a la incomodidad, sin darnos cuenta de que, como el sapo, nos estamos cocinando de a poco. Y lo peor es que, si seguimos adaptándonos, corremos el riesgo de morir por dentro», dijo.
«Por eso te digo: en cuanto veas algo raro, algo que no está bien, no te adaptes. Saltá antes de que sea tarde. Tomá acción antes de quedarte sin fuerzas. No dejemos que nos pase lo mismo que al sapo. Saltá lo antes posible, aunque cueste, aunque al principio no parezca necesario. Solo así podés evitar que te cocinen vivo», sentenció.