La economía está marcada por la inestabilidad y la falta de certezas futuras, y por tal motivo, se hace indispensable saber cómo actuar en ella y sus vicisitudes, con la necesaria educación financiera. Para colmo, en los últimos años se ha sumado la inflación que ha carcomido la posibilidad de ahorro de la moneda nacional, que sumado al auge de la tecnología, potenció el uso de las criptomonedas.
Según un estudio reciente de Bank of America, los millennials están destinando una mayor parte de sus carteras a activos alternativos como las criptomonedas, lo que indica un creciente interés en este ámbito entre los jóvenes. Esto marca una diferencia con lo que ha pasado históricamente, ya que hasta ahora la inversión ha estado limitada a quienes tenían el capital y los conocimientos necesarios para hacerlo. Pero como marca la tendencia, esto ahora está cambiando.
En este contexto, la educación sobre tecnologías nuevas y emergentes nunca ha ganado más importancia. A pesar del crecimiento y el interés en la industria de la cadena de bloques y las criptomonedas, persiste una carencia de educación, en particular entre las generaciones más jóvenes.
Involucrar y empoderar a la próxima generación de inversores en criptomonedas significa proporcionar los materiales y recursos necesarios para ayudar a los usuarios a educarse sobre inversiones seguras y sostenibles de btc a dolar hoy, por ejemplo. Pero cabe preguntarse de quién es esa responsabilidad, y por dónde empiezan las personas, las organizaciones y los reguladores.
Empoderarse a través de la educación
La industria y el gobierno pueden desempeñar un papel importante en el aumento de la educación y la participación en el espacio criptográfico. Su intervención en el campo no es sencilla. Lograr el equilibrio entre la regulación y la innovación sigue siendo un desafío, y la educación debe ser parte del proceso, no un daño colateral.
Europa, por caso, ha adoptado con cautela los activos digitales mediante la introducción de un marco legal claro para las criptomonedas, mientras que Estados Unidos aún intenta determinar la dirección de su legislación con audiencias en el Congreso todavía sin definir.
Independientemente de la posición de los gobiernos y los reguladores, existe la responsabilidad de proporcionar protección a las empresas, los inversores y los consumidores por igual y, en consecuencia, educarlos con los conocimientos y las habilidades que se precisen para navegar en los mercados nuevos y emergentes.
Al más alto nivel, un marco regulatorio sólido ayudaría a lograr estos objetivos. Además, también sería útil entablar un diálogo constructivo a través de talleres, seminarios y cursos en línea.
Facilidad de uso y compromiso
La experiencia del usuario (presentado con la sigla UX) y la facilidad de uso son fundamentales a la hora de impulsar la adopción de criptomonedas. Las interfaces confusas o demasiado complicadas pueden derivar en una mala experiencia de usuario, lo que puede hacer que los usuarios se sientan frustrados e incluso abandonen por completo el uso de criptomonedas.
Según Statista, solo el 9% de los comerciantes están satisfechos con los intercambios de criptomonedas que utilizan. Un buen diseño de UX, como la gamificación, puede ayudar a aumentar las tasas de adopción.
La gamificación de las criptomonedas, asimismo, está colabrando en el abordaje de la falta de educación pública al aplicar elementos de diseño de juegos a contextos no relacionados con los juegos, como el comercio de criptomonedas. Al incorporar elementos como recompensas, tablas de clasificación y desafíos, la gamificación puede crear un entorno emocionante y atractivo que fomente el aprendizaje y la participación.
La necesidad de mirar hacia el futuro
Para empoderar a la próxima generación de inversores en criptomonedas, se vuelve indispensable un enfoque multifacético que abarque programas de participación, iniciativas educativas y un enfoque centrado en el usuario. La educación en el ámbito de las criptomonedas se vuelve un factor clave para el futuro de las mismas.
Al incentivar comportamientos financieros positivos, aumentar la participación de los usuarios y mejorar la retención de los mismos, los jóvenes pueden comprender la importancia de la alfabetización financiera, el impacto potencial de los sistemas descentralizados en la economía global y, lo más importante, su futuro.