La primavera supone la estación propicia para recuperar las salidas al aire libre, las cenas con afectos y amistades y otras muchas ocasiones que invitan a compartir un buen vino. En efecto, el final del letargo que caracteriza al clima invernal invita a la socialización y al tiempo compartido. Para momentos tales como este, Bodega Federico Mena Saravia ofrece diversas opciones para secundar los aromas y los sabores propios de estos meses de calidez incipiente.
Sus vinos se producen en los viñedos del Alto Valle de Hualfín, en los Valles Calchaquíes, más precisamente en la provincia de Catamarca. De esa manera, los vinos de Bodega Federico Mena Saravia consiguen capturan de manera fidedigna la esencia propia del terroir calchaquí y así ofrecer un equilibrio excepcional entre sofisticación e historia.
Cabe destacar que, en esta época del año, la zona del Noroeste Argentino presenta una amplitud térmica verdaderamente agradable. En efecto, las soleadas tardes cálidas y las noches templadas constituyen un punto de encuentro a las absurdas y extendidas divisiones en la sociedad. Es por ello también que la carta de varietales de Bodega Federico Mena Saravia se adapta fácil y dúctilmente a cualquier ocasión.
Así, por ejemplo, es posible dar con un blend estupendo para asistir a los frescos matices de la primavera. El Gran Blend Federico Mena Saravia supone una fórmula extraordinaria de las mejores uvas Malbec, Tannat y Cabernet Franc de la bodega. El resultado es un vino que exhibe la elegancia y robustez tan reclamadas por estas noches primaverales.
El balance más adecuado para esta primavera
La Bodega Federico Mena Saravia es extendidamente célebre en razón de la calidad de sus vinos, y Gran Blend Federico Saravia es un bastión ejemplar del nivel de excelencia que pueden alcanzar. Este vino se compone de diferentes varietales tintos, los cuales se amalgaman para sacar a relucir lo mejor de cada uno y, al mismo tiempo, evidenciar sus mejores cualidades y dar cuenta de la sublimidad del terroir calchaquí. Huelga decir que en sí mismo, supone un claro ejemplo de lo que una reunión primaveral con afectos debe ser.
Si decidimos poner el foco en las virtudes individuales de cada varietal podemos afirmar que el Malbec contribuye con su característico semblante de frutos rojos, chocolate y tabaco. Por su parte, el Tannat aporta un extra frutal y especiado, mientras que el Cabernet Franc que lo dota de una estructura sólida y reminiscencias a pimiento dulce.
Todas aquellas características, en conjunto con la crianza por 24 meses en barricas de nuevo roble francés (es decir, de primer uso), resultan en un vino exclusivo de complejidad y carácter tan propio como lo es el del NOA. Siendo que se trata de un vino versátil, es óptimo para consumir acompañado de quesos semiduros, de cabra, olivas y carnes asadas.
Para las tardes más cálidas
El Vino Centenaria Vineyards Rosé 2022 es, sin dudas, el jugador estrella en lo que respecta a vinos de primavera. Se trata de un ejemplar procedente de la viña Carlos Saravia Zerdán, y consigue, de manera exitosa, recuperar los aromas históricos del majestuoso Valle de Hualfín. En este caso, se trata de un vino joven elaborado en su totalidad por uvas Malbec cosechadas a una altura de 1870 metros sobre el nivel del mar.
Este vino constituye una muestra inmejorable de todo lo que un vino primaveral debe ser: un dulzor moderado, un frescor más que evidente y una graduación alcohólica de apenas un 12,7 por ciento. Un plan ideal supondría una tarde-noche en un entorno relativamente apartado de los centros urbanos más agitados, con amistades y alimentos dulces o neutros. En efecto, se trata de un vino fresco, ligero y suave, con una tonalidad y aroma más que seductores.
Para conocer más acerca de los vinos de Bodega Federico Mena Saravia sugerimos visitar su sitio web oficial y agendar una visita, de manera que también pueda aprovecharse un viaje de placer a lo largo de los Valles Calchaquíes. Asimismo, es posible adquirir sus vinos directamente desde el sitio de la Bodega.
