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SOCIEDAD

Harto de los cortes: conductor de auto despejó calle bloqueada por protesta estudiantil

La tensión entre el derecho a protestar y la libertad de circular en las calles vuelve a ser un tema de confrontación entre los argentinos.

protesta

Un sorpresivo episodio se vivió en la ciudad de General Roca, Río Negro, cuando un conductor decidió despejar por su cuenta una calle bloqueada por estudiantes de universidades públicas que pedían más financiamiento del Estado. El hecho ocurrió frente a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), donde los alumnos habían colocado bancos en la vía pública para continuar su protesta. El accionar del conductor, que forzó la situación para poder circular, generó diversas reacciones.

El hombre, visiblemente molesto por la obstrucción de la calle, decidió bajarse de su vehículo y quitar los bancos que bloqueaban el paso. Aunque uno de los estudiantes intentó detenerlo, el conductor siguió adelante, moviendo los obstáculos y habilitando la circulación. Tras despejar el camino, regresó a su auto y continuó su trayecto, mientras algunos alumnos le gritaban: «violento».

Ramiro Marra se metió en el debate y festejó el accionar el conductor ante la protesta

Este episodio reavivó el debate sobre el derecho a la protesta y la libre circulación. Ramiro Marra, diputado de la Ciudad de Buenos Aires por La Libertad Avanza, respaldó la acción del conductor y lanzó una dura crítica hacia los estudiantes. «¿Y qué otra cosa esperaban? La gente ya está hinchada las pelotas de que no los dejan circular por su protesta política», comentó Marra.

El accionar del conductor también despertó apoyo entre algunos vecinos de la zona, quienes se manifestaron a favor de recuperar el orden en las calles. «Estamos cansados de que siempre corten las calles por cualquier protesta. Uno tiene derecho a manifestarse, pero también tenemos derecho a poder circular libremente», expresó un comerciante de la zona, quien prefirió no dar su nombre.

Por otro lado, los estudiantes involucrados en la protesta lamentaron lo ocurrido y lo describieron como un acto de agresión. Sin embargo, el hecho reaviva una discusión recurrente en el país sobre los límites de las manifestaciones públicas y su impacto en la vida diaria de la ciudadanía.

A pesar del forcejeo inicial, el incidente no pasó a mayores, y tanto el conductor como los estudiantes continuaron con sus actividades sin que se produjeran más altercados. No obstante, este tipo de situaciones parecen evidenciar un creciente malestar en ciertos sectores de la población hacia las protestas que interfieren con el tránsito y las actividades cotidianas.

El debate continúa, y mientras algunos consideran que el conductor actuó de manera adecuada al despejar una calle pública, otros lo ven como un signo preocupante de intolerancia hacia las expresiones políticas y sociales. Lo cierto es que, cada vez más, situaciones como estas ponen de manifiesto la tensión entre el derecho a protestar y el derecho a circular, dos libertades fundamentales que chocan en el día a día.