Este año, el impuesto a los Bienes Personales en Argentina afectará a quienes posean bienes con un valor total superior a $293.000.000 al 31 de diciembre. Esta cifra surge de una actualización automática basada en la inflación, que en octubre alcanzó el 193%. La actualización aplica un aumento en el mínimo exento para asegurar que solo quienes poseen patrimonios más altos queden sujetos al impuesto.
La vivienda habitual estará exenta del impuesto hasta un valor de $1.025,5 millones, lo que significa que los propietarios no deberán pagar por ella, siempre que su valor no supere este límite. Esto protege a quienes tengan propiedades de menor valor y busca enfocar el impuesto en quienes tienen vivienda propia por encima del millón de dólares.
Los montos que exceden el límite de $293 millones comenzarán a tributar con una tasa de 0,5%. Si el valor supera esa cifra por una cantidad moderada, el impuesto será relativamente bajo. En el caso de patrimonios más altos, la tasa puede llegar hasta el 0,75%. Sin embargo, este año se eliminó la tasa más elevada que se aplicaba en 2023, lo que reduce la carga fiscal para quienes superan ciertos valores.
Además de los inmuebles, otros bienes sujetos al impuesto incluyen vehículos de menos de cinco años, inversiones en el exterior, saldos en cuentas bancarias, criptomonedas y ahorros en billetes. Sin embargo, ciertos bienes como depósitos a plazo fijo, propiedades rurales y títulos emitidos por el Estado están exentos de Bienes Personales.
Para los contribuyentes que ya realizaron pagos anticipados basados en los valores de 2023, podría ser posible recalcular esos pagos y solicitar una reducción en los anticipos si se considera que los pagos fueron excesivos. Esto se realiza a través de la plataforma de la ARCA, donde se puede pedir una revisión.
Bienes personales: el gran cambio que se dará en 2027
Con el tiempo, se espera que el impuesto a los Bienes Personales sea menos complejo: para 2027, solo existirá una tasa fija del 0,25% aplicable a aquellos patrimonios que superen el mínimo no imponible. Este cambio busca simplificar el esquema tributario, que en los últimos años ha sido objeto de múltiples ajustes y actualizaciones.