Carlos Robledo Puch tiene su nombre en los libros de historia de Argentina, pero no por hechos relevantes, sino por ser el asesino en serie más famoso del país. Lleva más de 50 años tras las rejas, pero la Sala I de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de San Isidro resolvió que podrá acceder al régimen abierto de detención solicitado por su defensa, en cuanto se libere un cupo.
Esto implica para el condenado una modalidad más laxa en la ejecución de la pena, que se cumplirá en la Unidad N°25 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). Dentro de los argumentos de la defensa de Robledo Puch afirman que supo adaptarse al régimen que le pusieron hace cinco décadas atrás, aceptó todos los rechazos de libertad que pidió y que no generó conflictos dentro de la población carcelaria.
Teniendo en cuenta esto, más la edad del detenido, consideró que no es una persona de riesgo y piden que se flexibilice su condición carcelaria, para así iniciar un proceso de reinserción social .De hecho, el régimen concedido prevé «un espacio habitacional con un adecuado nivel de privacidad sin guardia uniformada, ni muros perimetrales, rejas u otras formas de contención», explicó el juez en el fallo. Dicho espacio se encuentra dentro de la Unidad Sanitaria 25, conocida como Lisandro Olmos.
Puch, de 72 años, y preso hace más de 50, recibió condena a prisión perpetua por cometer 11 crímenes entre el 15 de marzo de 1971 y el 3 de febrero de 1972, cuando tenía 19 años. Entre sus víctimas hubo nueve serenos y dos mujeres. A pesar de los reiterados pedidos de libertad condicional o de prisión domiciliaria, la Justicia siempre le rechazó al asesino en serie más famoso de Argentina cualquier tipo de flexibilización, hasta hoy.
Los argumentos del juez
Por su parte, el juez Quintana presentó sus argumentos para otorgarle esta posibilidad a Robledo Puch, en cuanto se libere un cupo. Uno de los puntos es «la necesidad informada de que se aloje en un establecimiento penitenciario cercano a la Unidad 22 (HoGAM) y al Polo Neuropsiquiátrico de Melchor Romero», algo que podría suceder con más facilidad desde este nuevo lugar y con un régimen más laxo.
Teniendo en cuenta esto, más lo planteado por la defensa del asesino, para el juez únicamente se daría si se dan las condiciones del «Programa de Casas por Cárceles que funciona en la Unidad nro. 25 del SPB, destinada a la población valetudinaria que cuenta, además, con una vía de acceso especial a la Unidad nro. 22 (HOGAM)».
«Es que, a mi juicio, ésta sería la única Unidad que contaría con los medios para atender la especial situación de este interno y la población penitenciaria que allí se aloja sería la más cercana a su grupo etario, lo que facilitaría su eventual adaptación. Más aún considerando la aversión al cambio que reiteradamente expresa el interno», señaló.