El próximo martes, durante la Cumbre de Líderes del G20 en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, el presidente argentino Javier Milei se reunirá con Xi Jinping, su par de China, en un encuentro que promete tensiones significativas debido al historial comercial y las divergencias ideológicas entre ambos países.
Desde enero de 2008, durante la primera presidencia de Cristina Kirchner, Argentina ha acumulado un déficit comercial de USD 86.251 millones con China. Este desequilibrio no solo duplica la deuda argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), sino que también casi triplica las reservas brutas del Banco Central y equivale a unas 20 veces el costo estimado de las “Represas Patagónicas” sobre el río Santa Cruz, la mayor obra pública financiada por China en Argentina, que este mes cumple un año de paralización.
Impacto de las políticas de China en el comercio argentino
El déficit acumulado se debe en gran parte a la política de China de limitar las licencias de importación de aceite y harina de soja, dos de los principales productos exportados por Argentina. Beijing justifica estas restricciones en nombre de su “seguridad alimentaria” y la prioridad de agregar valor dentro de su territorio. Como resultado, China limita sus compras a “porotos de soja, incluso quebrantados”, junto con “carne bovina congelada” y “sorgo de grano”, representando dos tercios de las exportaciones argentinas al gigante asiático.
En septiembre, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó que solo el 5% de los USD 427 millones exportados a China en ese mes correspondieron a aceite y soja y sus fracciones, mientras que las importaciones alcanzaron USD 1.383 millones, más del triple. Esto resultó en un déficit mensual de USD 956 millones, lo que hace que el déficit acumulado con China desde 2008 borde los USD 90.000 millones a fin de año.
Intercambio desigual y dependencia económica
La composición del intercambio comercial argentino-chino ilustra lo que los teóricos de la dependencia denominan “intercambio desigual”. Mientras que el principal producto con mayor valor agregado de las exportaciones argentinas es el carbonato de litio, esencial para la cadena de valor de minerales críticos, baterías y vehículos eléctricos en China, las importaciones de China a Argentina se componen en un 61% de aparatos eléctricos, electrónicos, reactores nucleares, maquinaria, productos químicos y vehículos de transporte, además de un 39% de rubros industriales.
China también es acreedora de Argentina por aproximadamente USD 5.000 millones, derivados del “Canje de Monedas” activado en 2023, y es la principal financiadora de las “Represas Patagónicas”. El gobierno argentino planea reactivar esta obra en enero próximo, solicitando un “desembolso 7” de USD 500 millones a través de un crédito sindicado por un consorcio bancario que incluye al China Development Bank Corporation, el Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) y el Bank of China.
Coordinación provincial y nacional para las represas
En octubre, el gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, se reunió en China con el presidente de Gezhouba Group, Huailiang Liu, para avanzar en un plan que permita retomar la construcción de las represas sobre el río Santa Cruz. Al regresar, Vidal se reunió con representantes de la UTE para diseñar las acciones necesarias que cumplan con los compromisos asumidos y reanuden la construcción. Sin embargo, la coordinación entre la provincia y la Nación sigue siendo incierta.
Tensiones con el FMI
La posición de China en el directorio del FMI refleja la creciente tirantez entre Beijing y Washington. El 1 de octubre, el subsecretario de Finanzas Internacionales del Tesoro de EE.UU., Brent Neiman, calificó de “confuso e inconsistente” el enfoque del FMI hacia los Canjes de Moneda de China con varios países, incluida Argentina. Neiman acusó a China de falta de transparencia en los términos de estos acuerdos y condicionó el apoyo del FMI a que los flujos de financiamiento sean “transparentes, creíbles y dentro del presupuesto”, haciendo referencia a la opacidad de los créditos chinos.
Problemas con las Represas Patagónicas
Las Represas Patagónicas, licitadas por primera vez en 2007, han enfrentado múltiples cancelaciones y adjudicaciones sin lograr avances significativos, con solo 20% y 40% de progreso en las dos represas principales tras 17 y 14 años respectivamente. Esta obra ha sido criticada como un proyecto pobremente concebido y mal gestionado.
Conflictos en el Mar Argentino
Otro punto de conflicto es la presencia de buques chinos en el Mar Argentino, donde, subsidiados por Beijing, están pescando en la Zona Económica Exclusiva de Argentina, causando un daño económico estimado entre USD 1.000 y USD 2.000 millones anuales. Esta actividad intensifica las tensiones bilaterales y pone en riesgo los recursos pesqueros nacionales.