El Gobierno nacional confirmó el cierre de la ex Ciccone Calcográfica este lunes a través de las redes sociales oficiales. La empresa se encargaba de imprimir billetes y tiene un largo historial oscuro. Hace unos años, se estatizó por el escándalo del ex vicepresidente Amado Boudou, condenado por comprar la empresa a través de amigos y testaferros.
El primero en confirmarlo fue el ministro de Economía Luis Caputo en su cuenta de X, aunque instantáneamente el vocero presidencial Manuel Adorni anunció el cierre de, según él, «uno de los grandes emblemas de la corrupción kirchnerista».
«Hoy llevamos a cabo el cierre definitivo de la planta de fabricación de billetes (ex Ciccone), ubicada en la localidad de Don Torcuato. En este sentido, ya se puso en marcha el operativo para el retiro de maquinaria, el cierre de las oficinas y se notificó la decisión a la dotación de personal afectada», precisó el titular del Palacio de Hacienda.
«De esta manera, la Agencia de Administración de Bienes del Estado dispondrá del inmueble para la subasta y posterior venta. El mismo actualmente posee una bóveda de almacenamiento, que se utiliza para almacenar billetes que están próximos a ser destruidos y era utilizada por el Banco Central de la República Argentina (BCRA)», precisó con respecto al destino del edificio.
«A partir del proceso de cierre, la maquinaria necesaria para la producción de chapa patente se instalará en los depósitos de Retiro, y se iniciará el proceso de retiro de tres máquinas de calcografía para la producción de pasaportes», mencionó Luis Caputo.
«En la misma línea, se retirará toda la maquinaria importada utilizada para la producción de billetes. La producción de los mismos se encuentra sin operar desde el 31 de octubre, cuando el BCRA decidió rescindir el contrato vigente y dar por terminada la producción de billetes por parte del Estado Nacional», agregó.
Además, el ministro sumó contexto de lo que significó la empresa durante el kirchnerismo: «La empresa había sido expropiada por el Estado Nacional el 22 de agosto de 2012 durante la gestión de Amado Boudou cuando cumplía funciones de Vicepresidente. Debido a que esta operación fue un caso de corrupción de público conocimiento, y a que hoy resulta menos oneroso que la producción de billetes se compre a distintos proveedores internacionales, no existe ninguna necesidad de que la compañía continúe en manos estatales».
Por último, Caputo reveló el ahorro que significa el cierre de Ciccone Calcográfica: «El cierre de la empresa implica un ahorro anual para el Estado de $ 5.040 millones. En tanto, las 270 personas que cumplían funciones en dicha planta serán dispensadas hasta determinar las políticas a seguir».
