Rusia inició la producción masiva de refugios nucleares móviles tras la autorización del presidente Estados Unidos, Joe Biden, a Ucrania para usar misiles de largo alcance contra territorio ruso. El presidente Vladimir Putin respondió ampliando los escenarios en los que Rusia podría usar armas nucleares. Los refugios, diseñados por el Instituto Panruso de Investigación para la Defensa Civil y las Emergencias, buscan proteger a las personas de las consecuencias de un ataque nuclear y otros desastres.
Según el medio ruso Meduza, estos refugios brindan protección contra la radiación luminosa y contaminación radioactiva por un máximo de 48 horas. También están diseñados para resistir explosivos, incendios y sustancias químicas peligrosas. Con capacidad para entre 54 y 150 personas, los refugios filtran y regeneran el aire y cuentan con reservas de agua.
Aunque no ofrecen protección contra impactos nucleares directos, su construcción podría ser una estrategia del gobierno ruso para aumentar la tensión entre la población. A pesar de las numerosas bajas sufridas por Rusia en la guerra de Ucrania, gran parte de la sociedad no experimenta directamente los efectos del conflicto.
En paralelo, los países nórdicos como Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca intensificaron las medidas de preparación para un posible conflicto. Estas acciones incluyen la distribución de manuales con instrucciones sobre cómo protegerse en caso de guerra, desde almacenar alimentos y agua hasta consejos para garantizar la seguridad en el hogar.
Suecia, por ejemplo, distribuye nuevamente el folleto «Si la crisis o la guerra llega», un documento que había dejado de circular tras la Guerra Fría. Finlandia, con una infraestructura de búnkeres preparada para cobijar a gran parte de su población, lanzó una página web con recomendaciones en caso de guerra o crisis graves. Noruega y Dinamarca también instruyen a sus ciudadanos sobre la importancia de contar con reservas de artículos esenciales como velas, medicamentos y pastillas de iodo.
Medicamentos gratuitos en Bélgica contra la radiación
Las pastillas de iodo, necesarias para proteger la tiroides de la radiación tras una explosión nuclear, son un elemento clave en estas preparaciones. En Bélgica, por ejemplo, están disponibles de forma gratuita en farmacias, principalmente por el riesgo de accidentes en sus centrales nucleares.
Más allá de prepararse para conflictos bélicos, los gobiernos nórdicos subrayan el deber de los ciudadanos de contribuir a la defensa de sus países. Suecia destaca en su manual que la población debe estar lista no solo para protegerse, sino también para defender la independencia y la democracia en caso de ser necesario.