No hay dudas de que Ángel de Brito es uno de los periodistas más destacados del mundo del espectáculo, y es que además de tener una amplia trayectoria, es uno de los que más información tiene sobre los personajes de la farándula. Muy dedicado a su trabajo, no solo triunfa todas las noches en LAM, sino que además conduce su propio programa de streaming.
A 20 años de Cromañón, y a poco de que se estrene la serie en Amazon Prime Video, Ángel de Brito recibió en Ángel Responde para Bondi Live a una sobrevivente del incidente que marcó a la Argentina. Movilizada, Guadalupe Gutierrez Ortiz relató: «Yo tenía 16 años, estaba terminando tercer año del colegio. Este año fue muy difícil para mí, la gente se acuerda de Cromañón y es una tortura porque nos vuelven a recordar las cosas».
«Mi mamá cuando yo estaba internada me dijo que no entendía cómo no amague a ir a la puerta, pero a los 15 años no creés que las cosas van a pasar y que siempre va a estar todo bien. Sí sentí en el intervalo que había mucha gente, no sé si detecté el peligro, fui positiva y hasta cuando se cortó la luz pensé que estaba todo bien», continuó.
«Entre tanto empujón pierdo una zapatilla y se me cruzó mi mamá por la cabeza, pensé que me iba a cagar a pedos, yo esta pensando que no le iba a contar. Yo estaba adelante porque llegué muy temprano, no me podía mover. Cuando empiezan los empujones se corta la luz y en ese humo negro no se veía, no tenías a dónde ir», contó Guadalupe.
«Yo siempre creí que iba a salir, hasta que perdí la segunda zapatilla y te das cuenta que estás pisando gente, es diferente. Me ardía mucho la garganta, no sabía si llegaba. Ahí tomé consciencia, última respiración y hasta dónde llego. Ahí sí sabía que me iba a morir, me despedí de mi familia internamente. Cuando me despierto en la calle pensé que estaba muerta», recordó.
«Alguien me sacó, no lo sé. Cuando me despierto me imaginé a mis amigas llorándome, no me podía levantar y empecé a vomitar. Me dieron un teléfono y llamé a mi papá, que trabajaba en un club. Se me volvió a apagar todo y de golpe apareció mi papá en la cara. Estábamos todos negros, no podían reconocernos», siguió Guadalupe.
«Estuve internada ocho días con oxígeno, lo compartí con ocho personas más. Mi papá sin entender la gravedad me llevó al club de mi mamá, yo no podía hablar, estaba casi desnuda. Me metieron a la ducha para bañarme, empecé a vomitar y me llevaron al San Camilo porque no podía respirar. Estuvo todo colapsado esos días», cerró la invitada.