El Gobierno de Javier Milei anunció la liberación total de la exportación e importación de obras de arte, medida que busca dinamizar el acceso de los artistas al mercado internacional. «Sin trabas, sin restricciones, ni trámites engorrosos», destacó el comunicado oficial emitido por el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, liderado por Federico Sturzenegger.
La medida, que será formalizada mediante decreto en el Boletín Oficial, responde a un histórico reclamo del sector artístico y de los galeristas. Entre las disposiciones más relevantes, se destaca la extensión de los periodos de exportación e importación transitoria de uno a cinco años, lo que supone un alivio logístico y económico para exposiciones y ferias internacionales.
Además, se elimina la obligación de certificar obras de artistas fallecidos hace más de 50 años. Hasta ahora, este trámite requería una Licencia de Exportación que ofrecía al Estado Nacional o a terceros residentes una opción preferencial de compra, lo que limitaba los derechos de los propietarios. «Este engorroso trámite demandaba hasta 16 firmas y, en 30 años, nunca se ejerció esta opción de compra», explicó el ministerio.
Otro punto clave es la eliminación del comité otorgante de licencias de exportación, lo que reduce significativamente la burocracia. Según el comunicado, los artistas y galeristas ahora podrán completar un formulario simplificado en el aeropuerto en cualquier horario, evitando las restricciones previas relacionadas con los trámites aduaneros.
Las obras de arte que sean patrimonio cultural seguirán reguladas
No obstante, la medida establece una excepción importante: las obras consideradas patrimonio cultural de la Nación quedarán excluidas de esta flexibilización. Estas piezas seguirán sujetas a normativas especiales para garantizar su preservación y permanencia en el país.
Desde el sector artístico, la iniciativa fue bien recibida, ya que resuelve una problemática que desalentaba la conformación de colecciones de arte en Argentina. Según el ministerio, la obligación de ofrecer la opción de compra al Estado generaba incertidumbre sobre el valor de las obras y el tiempo que demandaban las transacciones.
Con esta desregulación, el gobierno busca posicionar a Argentina como un actor competitivo en el mercado internacional del arte, promoviendo un mayor intercambio cultural y nuevas oportunidades económicas para los artistas nacionales.