En el Vaticano, el Papa Francisco encabezó una ceremonia conmemorativa por el 40° aniversario del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile, firmado en 1984 gracias a la mediación del papa Juan Pablo II. Este acuerdo evitó un conflicto armado entre ambas naciones por la disputa del Canal de Beagle, marcando un hito en la historia diplomática de la región.
Durante el evento, Francisco destacó la importancia de este tratado como «un modelo a imitar» en el contexto actual. «En un mundo donde los conflictos persisten y se agravan, este acuerdo es un ejemplo de cómo el diálogo puede prevalecer sobre la violencia», afirmó el pontífice en un discurso en el Vaticano, quien también condenó la hipocresía de las naciones que fomentan la industria armamentística mientras hablan de paz.
Sin embargo, la ausencia del canciller argentino Gerardo Werthein, quien inicialmente estaba programado para asistir, generó controversia. De acuerdo a fuentes oficiales, su inasistencia se debió a «problemas de agenda». No obstante, trascendió que las tensiones entre el presidente Javier Milei y su par chileno, Gabriel Boric, durante la reciente cumbre del G20 habrían influido en esta decisión de no participar.
Por parte de Chile, el canciller Alberto van Klaveren representó a su país en la ceremonia, destacando la fraternidad entre ambas naciones. «Los más de 5.000 kilómetros de frontera no son barreras, sino espacios de encuentro», expresó. La delegación argentina estuvo encabezada por el embajador ante la Santa Sede, Pablo Beltramino, quien resaltó el papel clave de Juan Pablo II y del cardenal Antonio Samoré en la mediación que condujo al acuerdo.
El Papa Francisco también recordó el tratado del 2009 entre ambos países
El acto incluyó la presentación de un sello postal conjunto entre Argentina y Chile, conmemorando las cuatro décadas de paz. Además, ambas delegaciones asistirán a una conferencia en la Pontificia Universidad Gregoriana sobre la mediación papal como herramienta para promover la paz.
Francisco también recordó el 25° aniversario del tratado, celebrado en 2009, donde estuvieron presentes las expresidentas Cristina Fernández de Kirchner y Michelle Bachelet. «Es un ejemplo luminoso de cómo la voluntad de diálogo puede superar la barbarie de la violencia», concluyó el Papa, renovando su llamado a la comunidad internacional para resolver controversias mediante el entendimiento.
El tratado firmado el 29 de noviembre de 1984 permanece como un testimonio de que la diplomacia puede construir puentes en lugar de muros, un mensaje que Francisco resaltó como esencial en un mundo donde el diálogo sigue siendo una necesidad urgente.
