La actividad turística en la Argentina sufrió un fuerte impacto en octubre con una caída del 37% en la llegada de turistas extranjeros, mientras que los viajes de argentinos al exterior aumentaron un 38,2% en comparación con el mismo mes del año pasado, según datos del INDEC. Este fenómeno genera preocupación por las reservas de divisas, ya que el turismo receptivo, clave para la entrada de dólares, sigue debilitándose.
En octubre ingresaron al país 754.900 visitantes no residentes, de los cuales 414.100 fueron turistas y 340.800 excursionistas. Del total, el 65,5% provino de países limítrofes, destacándose Brasil con un 23% y Uruguay con un 17,7%. La mayor parte de los turistas extranjeros llegó en avión (47,9%), seguido por rutas terrestres (40,5%) y vías marítimas (11,5%).
Mientras tanto, las salidas al exterior por turismo alcanzaron a 1.124.400 residentes argentinos, marcando un récord. Entre los destinos más elegidos por los viajeros se encuentran Chile (23,4%), Brasil (18,4%) y Europa (13,1%). La mayoría viajó en avión (49,3%), aunque un importante porcentaje lo hizo por vía terrestre (42,4%).
Impacto en la economía y el sector turístico
La caída en el turismo receptivo representa un desafío para la economía argentina, que depende del ingreso de divisas para reforzar sus reservas internacionales. A su vez, el aumento en las salidas al exterior incrementa la demanda de dólares, profundizando la fuga de divisas en un contexto económico complicado.
El balance de viajes mostró una marcada diferencia: mientras los visitantes extranjeros realizaron 787.100 viajes, los residentes argentinos duplicaron esa cifra con 1.124.400 salidas internacionales en el mismo mes.
Un sector que busca recuperarse
El turismo receptivo, que se había fortalecido en años anteriores gracias a una moneda devaluada que lo hacía más atractivo, enfrenta ahora nuevos desafíos. Factores como la inflación, la inseguridad y la pérdida de competitividad frente a otros destinos de la región parecen estar afectando las decisiones de los viajeros internacionales.
La industria turística local, que incluye aerolíneas, hoteles y servicios relacionados, enfrenta el reto de adaptarse a un escenario cambiante. Por su parte, el gobierno analiza posibles medidas para incentivar la llegada de turistas extranjeros y frenar la salida de divisas, en un intento por equilibrar el flujo turístico y fortalecer las reservas.