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POLÍTICA

Javier Milei evalúa cambiar al embajador argentino en España: quién es Roberto Bosch y por qué tendría las horas contadas

El funcionario internacional no habría llenado las expectativas del presidente ni logrado cultivar una conexión con empresarios.

Javier Milei

En un movimiento estratégico que refleja las tensiones políticas actuales, el presidente Javier Milei está considerando reemplazar al embajador argentino en España, Roberto Bosch. Según fuentes cercanas al Gobierno, el expediente para ordenar el regreso de Bosch a Buenos Aires ya está en marcha y solo resta definir su sucesor. Este cambio se inscribe en una serie de ajustes diplomáticos que el Ejecutivo pretende implementar para alinear mejor la representación argentina con su agenda política.

Bosch, diplomático de carrera, ha enfrentado dificultades durante su gestión en Madrid. Su relación con figuras clave del entorno de Milei ha sido tensa, lo que habría contribuido a su caída en desgracia. El funcionario, quien fue nombrado embajador en España por Federico Barttfeld, exjefe de Gabinete y amigo cercano de la anterior canciller Diana Mondino, no logró establecer relaciones sólidas con el empresariado local ni con Jesús Huerta de Soto, economista español afín a Milei. Además, su retraso en el envío de un cuadro regalado por Huerta de Soto al presidente Milei ha generado malestar en las altas esferas del Gobierno.

Los puntos en contra

El conflicto entre Bosch y el Gobierno de Milei se intensificó tras su incapacidad para reunir a empresarios del agrado del mandatario durante su primera visita a España. La falta de conexiones efectivas y la ausencia de apoyo de figuras influyentes dentro de la embajada han sido factores determinantes en la decisión de evaluar su continuidad en el cargo.

En medio de esta situación, varias fuerzas políticas pugnan por ocupar el puesto de embajador. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ha propuesto al secretario de Turismo y Deportes, Daniel Scioli, como su favorito para reemplazar a Bosch. Por otro lado, el canciller Gerardo Werthein ha mostrado preferencia por designar a un empresario de confianza, siguiendo la línea establecida con Alec Oxenford, quien fue nombrado embajador ante los Estados Unidos.

Las negociaciones para el reemplazo de Bosch han sido intensas. Sin embargo, hasta ahora, Werthein ha mantenido la confidencialidad respecto a su elección, dejando a varios candidatos en la mira. Los medios han intentado obtener declaraciones sobre este posible cambio, pero la oficina del canciller no ha respondido a las consultas.

Fin de la era Mondino en la Cancillería

La caída en desgracia de Bosch también se vincula con su relación con la excanciller Mondino. El presidente Milei expresó su descontento con la exfuncionaria por su voto en contra del embargo de Estados Unidos a Cuba. Tras la salida de Mondino, Bosch asumió su puesto como embajador. Sin embargo, la falta de respaldo y la ausencia de resultados positivos en sus gestiones han llevado al Gobierno a reconsiderar su permanencia.

Conflicto con el gobierno de España

La decisión de cambiar al embajador argentino en España responde a las dinámicas internas del Gobierno. También a las relaciones exteriores del país. La mala relación entre Milei y el presidente español Pedro Sánchez, quien retiró a su embajador en Buenos Aires, añade una capa adicional de complejidad a las relaciones diplomáticas entre ambos países. Sin embargo, este cambio podría abrir la puerta a una renovación en las relaciones bilaterales. Especialmente, considerando que el nuevo embajador español, Joaquín María de Arístegui Laborde, ya está en su nueva misión en Buenos Aires.

Además, se rumorea que el Gobierno planea realizar otros recambios en embajadas clave, incluyendo la de China. Marcelo Suárez Salvia, actual embajador, podría ser reemplazado por un representante más alineado con la visión de Milei.

La evaluación para cambiar al embajador argentino en España refleja una estrategia más amplia del Gobierno de Milei. Una que busca optimizar su representación internacional y asegurar que los embajadores estén alineados con sus objetivos políticos y económicos. Este movimiento, aunque controversial, busca fortalecer la imagen de Argentina en el exterior y mejorar las relaciones diplomáticas en un contexto político nacional desafiante.