La Armada Argentina retomó operaciones aéreas en la Antártida después de más de medio siglo, con el aterrizaje de un avión Beechcraft TC-12B Huron en la Base Antártica Petrel el miércoles 27 de noviembre. El vuelo, proveniente de la Base Aeronaval de Río Grande, marcó un hito histórico al ser la primera operación de este tipo desde 1973, cuando se utilizó un de Havilland Canada DHC-6 Twin Otter.
El retorno de las operaciones en el continente blanco requirió una planificación de seis meses. Pilotos, tripulantes y mecánicos se sometieron a un riguroso entrenamiento y evaluación de las condiciones climáticas antárticas. Según datos del Ministerio de Defensa, este logro fue posible gracias a un extenso trabajo de adiestramiento para operar en pistas no preparadas y una meticulosa planificación.
El ejercicio fue acompañado por un avión Lockheed P-3C Orion en configuración SAR (Búsqueda y Rescate), que verificó desde el aire las condiciones meteorológicas y de pista antes del aterrizaje del TC-12B Huron. La aeronave permaneció dos horas en la Base Petrel para reabastecimiento de combustible, tras lo cual regresó a Río Grande en un vuelo directo.
Este logro representa un paso importante en el objetivo de recuperar capacidades críticas, como búsqueda y rescate, evacuaciones sanitarias y vuelos logísticos para apoyar las operaciones argentinas en la Antártida. La Base Petrel, que fue inaugurada en 1967, había quedado relegada a actividades estivales desde que un incendio dañara sus instalaciones en la década de 1970.
Un regreso histórico de la Armada Argentina
El regreso de la Armada al continente blanco no solo tiene un valor operativo, sino también histórico. El primer vuelo argentino en la Antártida fue realizado en 1942 por la Aviación Naval con un Boeing Stearman 76D-1. Este antecedente destaca el papel pionero de la Argentina en el continente austral.
Además, este evento consolida el compromiso del país con su presencia en la región antártica, en un contexto de creciente interés internacional por sus recursos y posición estratégica. La Armada continúa avanzando en la modernización de su flota, como se reflejó en acuerdos recientes para la adquisición de submarinos y buques.
El aterrizaje del Beechcraft TC-12B Huron simboliza el retorno de una capacidad perdida por más de cinco décadas y abre la puerta a nuevas oportunidades para reforzar la presencia argentina en la Antártida, consolidando su rol como actor clave en el continente blanco.
Después de 51 años, la Armada vuelve a volar hacia la Antártida, superando un desafío más en su historia.
— Ministerio Defensa (@MinDefensa_Ar) November 27, 2024
Hoy, un avión B200 de la @Armada_Arg completó con éxito un vuelo desde la Base Aeronaval Río Grande hasta la Base Antártica Petrel, con el apoyo de un avión P3C Orión. ¡Un… pic.twitter.com/BjDZshDiJo