No hay dudas de que Mirtha Legrand es una de las figuras más importantes del mundo del espectáculo, y es que nadie tiene una trayectoria tan extensa como ella. Este sábado 7 de diciembre la diva tuvo como invitado a Marcelo Polino, que asistió junto a su compañera Fátima Florez. El periodista se animó a abrir su corazón como nunca antes lo había hecho.
«Siempre me acuerdo de vos, Polino, que querías adoptar un chico y no pudiste, qué lástima”, le dijo en un momento Mirtha Legrand a Marcelo Polino. Muy movilizado por la situación, el periodista replicó: “Estuve casi nueve años porque las carpetas se renuevan cada dos. Ya en la tercera dije que no, que ya estaba, me dediqué a ser padrino de Matilda Salazar”.
Sobre su padrinazgo, Marcelo Polino comentó: «Es lo más lindo que hay en el mundo. Voy a buscarla, la llevo a los shows y después se la llevo a la madre. Es re lindo el rol de padrino”. Sobre su presente laboral, el periodista expresó: “Me van a matar, porque cada vez que vengo me preguntás lo mismo. Yo ya trabajo porque me gusta”.
“Vivo solo, no tengo pareja. Tengo una gatita. Tenía dos y el otro falleció. Se llama Perlita, mi gato Paquito vivió 17 años y esperó que llegara de la temporada con Fátima y falleció a los dos días. Dije, después de Perlita no quiero un gato más, porque lo que sufro cuando muere la mascota… no quiero más”, manifestó Marcelo Polino.
Marcelo Polino habló de su vida sentimental
Invitado a Poco Correctos (Canal Trece), Marcelo Polino se sinceró y contó: “No se sabe nada de mi vida privada, básicamente porque no tengo, siempre digo lo mismo. Viste que yo digo que me encierro y gente amiga mía me dice ‘che, ¿en qué andas? ¿Qué hiciste el fin de semana?’. Yo cuando no hago nada, no hago nada, pero nada de nada».
«No chongueo. Tengo la líbido puesta en otro lugar. Mis amigos me joden. Yo no soy una persona que tenga una vida sexoafectiva importante. Siempre tuve objetivos laborales y me gusta estar solo. De hecho, no he convivido con nadie. Vengo de dormir en las plazas, vine de Tres Arroyos y no tenía dónde vivir», continuó el periodista.
«Me construí a mí mismo, entonces, para incorporar a alguien a mi vida, tiene que ser alguien que venga a sumar. Cuando eres tan autoconstruido, es complicado compartir hasta cosas cotidianas, como quién paga la boleta de luz o decidir a dónde vamos de vacaciones. Yo estoy tan enamorado de mí que es difícil que me pueda enamorar de otra persona. Lo que yo me doy, no me lo va a dar nunca nadie”, agregó.