El presidente de Argentina, Javier Milei, será uno de los pocos mandatarios internacionales presentes en la ceremonia de asunción de Donald Trump el próximo 20 de enero en Washington, un gesto inédito que rompe con las tradiciones protocolares de Estados Unidos. Por norma, las ceremonias presidenciales en ese país no incluyen la invitación formal a otros jefes de Estado. Sin embargo, Trump, en un movimiento que resalta su estilo particular, contactó personalmente a Milei para invitarlo a participar de su regreso a la Casa Blanca.
La invitación refuerza el vínculo estrecho entre ambos líderes, quienes comparten una visión política alineada en términos de derecha libertaria y conservadora. Este gesto no es aislado: Trump ya había sido el primer líder internacional en recibir a Milei tras su triunfo electoral, durante un encuentro en Mar-a-Lago en noviembre, donde ambos compartieron una cena junto a otros referentes conservadores, incluyendo a Elon Musk.
Además de Milei, Trump también invitó a otros líderes internacionales como el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, quienes comparten afinidades políticas con el republicano. En un movimiento que llamó la atención en la arena internacional, Trump también extendió una invitación al presidente chino Xi Jinping. Se espera que China envíe una delegación de alto nivel en lugar de la presencia de su mandatario. Sin embargo, este gesto subraya el enfoque de Trump hacia el diálogo con adversarios estratégicos.
Reconfiguración de la agenda diplomática
La invitación a la ceremonia, que llegó a la Casa Rosada a través de canales informales y se espera sea oficializada próximamente, obligará a Milei a rediseñar su agenda internacional para enero. Inicialmente, el mandatario argentino tenía programadas visitas a Davos, Suiza, y a las ciudades israelíes de Tel Aviv y Jerusalén. La presencia en la ceremonia de asunción de Trump posicionará a Argentina como un socio estratégico en la región para la administración republicana.
El vínculo entre Milei y Trump ya había sido demostrado en varias ocasiones. Durante su primer encuentro en Washington, en un evento de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), Milei expresó su admiración hacia Trump con palabras efusivas: «Usted es un gran presidente y espero que gane. La próxima vez espero verlo como presidente». Trump respondió con una sonrisa y un comentario afirmativo, dejando en claro la sintonía entre ambos.
Una alianza estratégica para América Latina
El gesto de Trump de invitar a Milei a su asunción resalta la importancia estratégica de Argentina en su agenda para América Latina. Milei es reconocido como uno de los aliados clave de Trump en la región. Por esta razón, la relación podría tener implicancias significativas para las políticas económicas y de seguridad en el hemisferio. Trump ya había demostrado su capacidad para romper protocolos en el pasado, como ocurrió durante el acuerdo del FMI con Mauricio Macri. Una vez más, parece dispuesto a seguir esa línea con Milei.
En la Casa Rosada se especula sobre la posibilidad de que, además de participar en la ceremonia oficial, Milei pueda mantener un encuentro privado con Trump en el Salón Oval. Esto consolidaría aún más la relación entre ambos líderes y marcaría un hito en las relaciones bilaterales entre Argentina y Estados Unidos.
Un nuevo paradigma en la diplomacia
Con este inusual gesto, Trump rompe con las normas tradicionales de protocolo en Estados Unidos. A su vez, reafirma su capacidad para imponer su propia agenda política en el escenario global.
La invitación a Milei, junto con otros líderes internacionales que comparten su visión, subraya un cambio en las dinámicas diplomáticas que promete tener un impacto significativo en las relaciones internacionales durante su segundo mandato.