Este domingo 15 de diciembre, en Bolivia los ciudadanos acudieron a las urnas para elegir a los nuevos jueces de las altas cortes del país, en un proceso que ha sido calificado como atípico. Las elecciones judiciales, que ha generado una gran expectativa, resultó parcial, ya que varias regiones del país no pudieron participar plenamente. En total, los ciudadanos seleccionaron a 38 autoridades entre los Tribunal Constitucional, el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo de la Magistratura y el Tribunal Agroambiental, aunque no todos los departamentos pudieron elegir a todos los magistrados.
El sistema judicial de Bolivia se enfrenta a una crisis de credibilidad, ya que es el único país en el mundo que elige a sus jueces por voto popular. Aunque esta modalidad se implementó en 2011, la falta de confianza en el sistema ha marcado las anteriores elecciones judiciales y, en esta ocasión, se ha acentuado aún más. Las primeras mesas de votación se cerraron a las 21:00 GMT tras un día de votación que transcurrió sin mayores incidentes, pero la desconfianza ciudadana fue evidente en las declaraciones de muchos votantes.
Desconfianza y desinformación: retos de las elecciones
A pesar de ser una elección obligatoria, muchos ciudadanos se mostraron reacios a participar, señalando la falta de información sobre los candidatos. «Es una votación a ciegas, porque no conocemos a ninguno de los postulantes», afirmó Róger Arce, un empresario de La Paz. Esta falta de conocimiento se debe en parte a la prohibición de los candidatos de hacer campaña electoral, lo que dificultó aún más el proceso de selección para los votantes.
Incidentes y retrasos en el proceso electoral
El proceso electoral estuvo marcado por múltiples suspensiones en algunas regiones del país. En cinco departamentos, la justicia suspendió la elección de magistrados del Tribunal Constitucional, mientras que en otros dos no se celebraron las elecciones para el Tribunal Supremo de Justicia, la máxima instancia judicial del país. Además, el voto se realizó con más de un año de retraso, ya que las elecciones estaban previstas para 2023, pero se postergaron varias veces debido a impugnaciones de candidatos rechazados en la preselección.
A pesar de estos obstáculos, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó que la jornada transcurrió sin mayores incidentes. No obstante, los resultados se conocerán de forma gradual: el cómputo de votos será manual y podría demorar hasta siete días, con la posibilidad de extenderse si alguna mesa de votación debe repetir el proceso.
El impacto de las elecciones judiciales en la política boliviana
Bolivia se encuentra en una situación política compleja, con profundas divisiones internas, especialmente entre el presidente Luis Arce y el exmandatario Evo Morales, quienes luchan por el liderazgo de la izquierda. La composición del sistema judicial podría influir decisivamente en la política del país, ya que en 2024 se celebrarán las elecciones presidenciales. En este contexto, el Tribunal Constitucional desempeñó un papel clave al impedir la reelección de Morales, lo que generó tensiones dentro del Movimiento al Socialismo (MAS).
Con el país en el puesto 131 de 142 en el índice global del cumplimiento de la ley, según el World Justice Project, y con un 85% de desconfianza en la justicia en las principales ciudades, los resultados de esta elección marcarán un hito en la relación de la ciudadanía con el sistema judicial en Bolivia.