El gobierno de Axel Kicillof expresó públicamente su interés en tomar el control de Aerolíneas Argentinas frente a las intenciones del Ejecutivo nacional de avanzar con su privatización. La decisión todavía despierta opiniones contrarias, sobre todo desde el lado libertario, al considerar que «es ridículo» el posicionamiento del mandatario de la provincia de Buenos Aires.
Según afirmó el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, durante una conferencia de prensa, se enviaron propuestas para abrir una mesa de trabajo, pero hasta el momento no hubo respuestas desde Nación.
“Planteamos formalmente a Nación empezar a trabajar en un esquema alternativo si efectivamente quieren llevar adelante la privatización de Aerolíneas Argentinas”, declaró Bianco en conferencia de prensa. Desde la Secretaría de Transporte, sin embargo, negaron haber recibido contactos formales por parte del gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
Las cuatro opciones de Axel Kicillof
El gobierno bonaerense evalúa cuatro opciones principales, según Radio Mitre, para hacerse cargo de Aerolíneas Argentinas, según confirmaron fuentes oficiales. Una de ellas es la propiedad participada con apoyo técnico de la Provincia: bajo este esquema, se acompañaría a los trabajadores en la adquisición de la totalidad de las acciones de Aerolíneas a través del Programa de Propiedad Participada. La Provincia ofrecería asistencia técnica y recursos logísticos, aunque sin comprometer aportes directos del Tesoro.
En segundo lugar, existe la posibilidad de una compra parcial de acciones por parte de la Provincia: esta posibilidad contempla que Buenos Aires adquiera un porcentaje de las acciones mientras el resto se cede a los empleados mediante el mismo programa de propiedad participada. Esta alternativa requeriría un acuerdo con Nación y con los gremios que representan a los trabajadores.
Otra opción es la adquisición total del paquete accionario: Kicillof también considera la posibilidad de que la Provincia compre el total de las acciones de Aerolíneas, ya sea de forma individual o en conjunto con otras provincias interesadas en garantizar la continuidad de la empresa. Este escenario requeriría una valuación formal de la compañía y la aprobación de una ley en el Congreso Nacional para autorizar su venta.
Por último, otra estrategia que es igual o más arriesgada es la demanda ante la Corte Suprema: si las negociaciones con el Ejecutivo nacional no prosperan, la administración bonaerense podría llevar adelante una demanda ante la Corte Suprema para frenar la privatización. Sin embargo, esta opción enfrenta múltiples obstáculos legales, ya que el gobierno provincial tendría que demostrar con evidencia sólida los daños que causaría la venta de Aerolíneas a la conectividad y al desarrollo económico de Buenos Aires.