La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, respondió con firmeza al ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, por la detención del gendarme argentino Nahuel Gallo. A través de sus redes sociales, la funcionaria calificó el hecho como un «secuestro» y advirtió al régimen de Nicolás Maduro: «Liberá a Nahuel o atenete a las consecuencias».
Bullrich acusó a Cabello de ser «el lacayo de una dictadura criminal y cobarde» y aseguró que este tipo de acciones solo demuestran «desesperación». En su mensaje, fue contundente al afirmar: «Secuestrar a un gendarme argentino no te hace fuerte, te muestra débil. La Argentina no se somete a tiranos».
Pruebas contra las acusaciones de Cabello
En un intento por desestimar las acusaciones del régimen venezolano, Bullrich difundió un gráfico con los ingresos y egresos registrados del gendarme argentino. Según estos registros, Nahuel Gallo solo habría realizado cuatro viajes internacionales: uno en 2018, otro en 2019 y dos en 2024. Estos datos contradicen las declaraciones de Cabello, quien aseguró que Gallo «viajaba por todo el mundo con un sueldo de 500 dólares».
Por su parte, Cabello, mano derecha de Maduro, insinuó que el gendarme estaba en Venezuela cumpliendo una misión encubierta. «¿Qué venía a hacer acá? Todos ponen una fachada, que ´tenía su novia´. Siempre usan esa excusa», lanzó el funcionario a través de un programa transmitido por el canal estatal VTV.
Cruces y amenazas
El cruce entre Bullrich y Cabello no quedó allí. El funcionario venezolano respondió a los dichos de la ministra argentina, cuestionando su postura: «La fascista Patricia Bullrich dijo que esto sería causa de guerra. Declare la guerra a Inglaterra, que les robaron las Malvinas, ¿eso no es causa de guerra?».
Además, defendió las acciones de las fuerzas de seguridad de su país y reiteró que el caso está en manos de la Justicia venezolana. «Aquí hay una Justicia que funciona de verdad», afirmó.
Contexto de tensión diplomática
El conflicto en torno a la detención del gendarme argentino Nahuel Gallo profundiza la tensión entre ambos gobiernos. Mientras Argentina exige explicaciones y la inmediata liberación del uniformado, desde Venezuela persisten las sospechas sobre su presencia en el país.
Bullrich cerró su mensaje advirtiendo: «Cada minuto que lo retienen, quedan más expuestos como opresores. La libertad nunca se arrodilla ante dictadores».
Este escenario deja abierta la posibilidad de que la relación bilateral continúe deteriorándose, en un contexto marcado por fuertes diferencias políticas e ideológicas entre las administraciones de Javier Milei y Nicolás Maduro.
Más temprano el ministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein, también fijo su furte postura hacia el régimen de Nicolas Maduro, desmintió las declaraciones de Diosdado Cabello, quien había afirmado que el uniformado viajaba por el mundo con solo 500 dólares, lo que lo convertiría en sospechoso. Wertein explicó que Gallo estaba radicado en Uspallata, Argentina, y solo había realizado viajes a Chile, desmintiendo las acusaciones de un supuesto viaje internacional masivo.