La corrupción vuelve a ser una preocupación destacada entre los argentinos, según las recientes encuestas, mientras el gobierno de Javier Milei enfrenta cuestionamientos por su gestión de la transparencia institucional. Hechos como la caída del proyecto de ley de «Ficha Limpia», la detención del senador Edgardo Kueider con una mochila llena de dólares, y la revelación sobre propiedades no declaradas del director de la DGI, Andrés Vázquez, han generado un debate que pone a prueba la capacidad del oficialismo para responder a estas demandas.
De acuerdo con sondeos realizados entre finales de noviembre y principios de diciembre, la corrupción se posiciona como uno de los principales problemas del país, detrás de la pobreza, la inseguridad y los bajos salarios. Esta tendencia, similar a la que marcó la década del ’90 durante el gobierno de Carlos Menem, refleja una tensión entre los escándalos de corrupción y la estabilidad económica que caracteriza el «clima de época» mileísta.
Lucas Romero, director de la consultora Synopsis, afirmó que «dos de cada tres consultados aprueban el proyecto de ficha limpia», destacando que su caída en el Congreso fue percibida como una falta de esfuerzo del gobierno, especialmente entre votantes de Milei y de la ex candidata presidencial Patricia Bullrich. Romero añadió que, aunque la percepción de inacción puede tener costos, el impacto aún no se refleja en una caída en la intención de voto hacia La Libertad Avanza.
Impacto limitado en el respaldo popular
Facundo Nejamkis, de Opina Argentina, coincide en que los escándalos de corrupción no han afectado significativamente el nivel de apoyo al gobierno. Según Nejamkis, «la estabilidad económica compensa los costos políticos en el corto plazo», pero advierte que un eventual deterioro de las condiciones económicas podría concentrar las críticas en los aspectos institucionales y de transparencia.
Shila Vilker, de la consultora Trespuntozero, ofrece una perspectiva diferente, señalando que el oficialismo parece calibrar sus acciones para no alienar al electorado peronista, históricamente opuesto a iniciativas como «ficha limpia», que consideran dirigidas contra figuras como Cristina Kirchner. Según Vilker, el gobierno busca presentar la propuesta de manera neutral, evitando interpretaciones personalizadas.
Percepción de la ciudadanía y desafíos futuros
Una encuesta de Escenarios, dirigida por Pablo Touzón y Federico Zapata, reveló que el 49,90% de los encuestados considera que el gobierno de Milei es «nada capaz» de enfrentar la corrupción, mientras que solo el 31,90% lo percibe como «muy capaz». Además, un estudio de la Universidad de San Andrés determinó que el 27% de los argentinos sitúa la falta de transparencia entre los principales problemas del país.
A pesar de estas cifras, el oficialismo sigue valorándose por la estabilidad económica lograda en el último año. Sin embargo, los especialistas advierten que este respaldo podría flaquear si la gestión económica pierde impulso o si los escándalos de corrupción aumentan su visibilidad y resonancia entre los votantes.
La corrupción representa un desafío para la imagen del gobierno, siendo un factor que podría reconfigurar las preferencias electorales en el mediano plazo. Frente a este panorama, el oficialismo deberá redoblar esfuerzos en el plano institucional para evitar que estas críticas se conviertan en una amenaza tangible para su proyecto político.