El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, realizó una serie de declaraciones en el programa Odisea por LN+, donde reflexionó sobre el rol del máximo tribunal, la relación entre política y justicia, y los desafíos para el desarrollo de la Argentina.
El funcionamiento de la Corte Suprema
En un contexto donde se debate la cantidad de integrantes que debería tener el máximo tribunal, Rosatti fue categórico: “La Corte tiene que funcionar, con tres, con cuatro o con cinco integrantes”. Esta afirmación subraya su perspectiva de que la operatividad del tribunal no debe depender únicamente de su composición, sino de su capacidad para actuar en cualquier circunstancia.
Relación entre política y justicia
Rosatti abordó las tensiones históricas entre el poder político y el judicial, señalando que existe “una zona de recíproca incomprensión”. Según explicó, “la política quiere hacer cambios, está en su ADN, y muchas veces se queja de que la justicia frena o demora los cambios, pero la justicia suele cuestionar a la política por lo bajo, porque no se pueden hacer cambios de cualquier manera, sino siguiendo un determinado procedimiento sin afectar determinados derechos”.
Además, describió las diferencias en las perspectivas de ambos sectores: “El político es una persona que mira la realidad con grandes trazos, y el conflicto, para el político, es algo normal; el juez no. Tiene una mirada distinta donde uno tiene razón y el otro no: hay una norma, un hecho y una conclusión. Cabezas con formato diferente. Ese es el valor de la división de poderes y el control recíproco que hay entre ellos”.
La justicia y su rol ante la falta de definiciones políticas
El magistrado también reflexionó sobre el vacío de decisiones políticas que termina trasladando conflictos al ámbito judicial: “A veces lo que pasa en la Argentina es que los que tienen que definir algunas cuestiones no las definen y terminan definiéndolas otros. Por ejemplo, el tema del divorcio: primero estuvo el fallo y luego la ley, cuando debería ser al revés”.
Rosatti consideró que lo ideal es que las leyes precedan a las decisiones judiciales en temas sensibles, como ocurrió también con la interrupción voluntaria del embarazo. “Lo recomendable es que primero esté la ley, que es lo que nos permite decir que hubo un debate público, pero los casos se plantean por esa falta de definición y van a tribunales. Y el juez tiene que decidir, y se le dice que se mete en un terreno que no es el propio”, agregó.
El desarrollo y la calidad institucional
En cuanto al crecimiento y desarrollo del país, el presidente de la Corte destacó la importancia de mirar más allá de los indicadores económicos. “El desarrollo se mide a partir de crecimiento económico, factores de salud, la educación (analfabetismo, mortalidad infantil) y, yo le agregaría, calidad institucional”.
Para Rosatti, la seguridad jurídica y la independencia del Poder Judicial son fundamentales para generar confianza en las inversiones: “Porque crecimiento se puede tener porque se descubrió un recurso natural, pero si su pueblo es analfabeto, o no se erradica una enfermedad, o no hay instituciones sólidas, estamos hablando de otras cosas, más allá de la prosperidad”.
Con estas declaraciones, Rosatti enfatizó su visión sobre la importancia de un sistema judicial sólido y una interacción equilibrada entre los poderes del Estado como pilares para el desarrollo integral de la nación.
