El gobierno de Javier Milei ha decidido avanzar en la creación de un nuevo indicador social, denominado Índice de Capital Humano, que busca ir más allá de la medición tradicional de la pobreza por ingresos elaborada por el INDEC. Este índice se desarrollará en conjunto con el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS) y pretende ofrecer una perspectiva más amplia, centrada en las capacidades humanas y sociales de la población. Se trata de la nueva iniciativa de Sandra Pettovello, titular del Ministerio de Capital Humano.
La ministra Pettovello explicó que el Índice de Capital Humano no sustituirá al indicador del INDEC, sino que lo complementará. “No podemos cambiar el índice del INDEC; lo va a seguir midiendo cada seis meses. Este será específicamente un Índice de Capital Humano”, aseguró Pettovello durante un encuentro con la prensa en Casa Rosada. Aunque no reveló las variables específicas que se emplearán, indicó que se encuentran trabajando en el diseño de este nuevo enfoque.
El INDEC mide actualmente la pobreza por ingresos, comparando los ingresos de los hogares con el costo de una canasta básica teórica. En contraste, el Índice de Capital Humano abarcará factores adicionales como educación, empleo de calidad y condiciones de vida dignas, ofreciendo un panorama más integral de la situación social del país.
Resultados preliminares y perspectivas
En paralelo, el Ministerio de Capital Humano publicó un informe preliminar que señala una caída de la pobreza al 38,9% en el tercer trimestre de 2024, atribuida a la desaceleración inflacionaria y al fortalecimiento de programas sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH). Esta cifra supone una mejora notable respecto al primer trimestre, cuando la pobreza alcanzaba el 54,8%. También se registró un descenso significativo de la indigencia, que pasó del 20,2% al 8,6% durante el mismo período.
El anuncio coincidió con análisis del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que estimó un nivel de pobreza del 38,6% para el tercer trimestre, destacando la recuperación del poder adquisitivo y el impacto positivo de las transferencias directas a los sectores más vulnerables. Agustín Salvia, director del ODSA, señaló que esta baja refleja una mejora relativa en los ingresos de los hogares frente a la inflación desacelerada.
Desafíos metodológicos y sostenibilidad
A pesar de los avances, los expertos advierten sobre los desafíos que implica mantener esta tendencia a la baja. Leonardo Tornarolli, del CEDLAS, señaló que “ya no queda mucho aporte de reducción de inflación para 2025; se debe sostener y crecer de manera sostenida para continuar reduciendo la pobreza”. Además, Daniel Schteingart, de Fundar, destacó que ciertos desfasajes metodológicos en la medición de pobreza por ingresos, como la comparación de ingresos del mes anterior con la canasta del mes actual, podrían haber amplificado las cifras de mejora en períodos de baja inflación.
Schteingart explicó que este desfasaje es particularmente relevante en contextos de alta inflación y que, aunque la baja de la pobreza es indudable, los números podrían ser menos pronunciados si se ajustaran estas variables. Según sus estimaciones, la pobreza del tercer trimestre habría sido 3,5 puntos más alta si se eliminaran los descalces temporales entre ingresos e inflación.