En la noche del 24 de diciembre, más de 4.000 personas en situación de calle y familias sin techo se reunieron frente al Congreso para compartir la Nochebuena y Navidad. El evento, organizado por el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), se realiza desde hace ocho años con el objetivo de ofrecer un plato de comida y acompañamiento en esta fecha tan especial.
Los organizadores destacaron que la convocatoria de este año superó por más de mil personas la del año anterior, reflejando un agravamiento de la crisis económica. «Se nota la crisis», expresó Juan Grabois, referente del MTE. Además, explicó que, aunque la cantidad de voluntarios fue destacable, la necesidad desbordó la capacidad: «La convocatoria de voluntarios es una alegría, lo que es triste es lo grande que es la convocatoria de gente que necesita un plato de comida».
Durante la jornada, se vivieron momentos emotivos y de solidaridad, pero también dificultades logísticas. Debido a la cantidad de asistentes, los organizadores tuvieron que extender la comida con lo que tenían y, finalmente, se quedaron sin provisiones. «Esto muestra la gravedad de la situación que atraviesan miles de familias en el país», señaló un voluntario que participó de la organización.
Hubo juegos y entretenimiento frente al congreso para los más chicos
La actividad incluyó no solo la cena, sino también música y actividades recreativas para los niños presentes, quienes, a pesar de las adversidades, disfrutaron de un espacio de contención. «Es un momento para dar amor y esperanza, aunque no podemos dejar de ver la realidad que esto representa», añadió otro organizador.
Esta tradicional cena navideña se ha convertido en un símbolo de resistencia y solidaridad frente a la exclusión social. Sin embargo, este año, los organizadores remarcaron la urgencia de tomar medidas concretas para combatir la pobreza estructural que sigue afectando a un sector creciente de la población.
A medida que las luces del Congreso iluminaban la noche, lo que quedó fue un mensaje claro: el país necesita no solo esperanza y solidaridad, sino soluciones urgentes para los problemas que empujan a tantas personas a la vulnerabilidad extrema.
