Se destapó el verdadero malestar de Laurita Fernández y se conocieron detalles inesperados al respecto. Sucede que Ángel de Brito recordó un drama del pasado relacionado a la bailarina frente a la mirada atenta de sus compañeros en el streaming de Bondi.
«Yo era amigo de Laurita, me hice amigo de ella laburando en una comedia musical. De hecho, si buscan yo fui vestido de robot al Bailando, robot marginal», recordó Pepe Ochoa, integrante del formato que sale por YouTube. Fue en ese momento cuando Ángel de Brito decidió ir por más y lanzó: «Yo les voy a contar, en una época Lourdes empezó con el infantil, en la época en la que eran Boca-River y se mataban, Laurita quería infantil».
Y añadió más detalles del enfrentamiento entre Laurita Fernández y su colega: «Eran las dos primeras damas, la novia del Chato y la novia de Fede. Entonces veía Lourdes con mega producciones, casi Disney era. Y Laurita, que era más humilde, venía con dos muñequitos pedorros».
«A Tinelli no le importaba nada, estaba loco. En un momento intentaron hacer una tapa de gente con las dos, una producción. No sabés, fue imposible, se odiaban mucho», sostuvo el integrante de LAM y Ochoa acotó: «Televisivamente tuvieron un momento en el que se dijeron cosas lindas». «No, dos falsas, dos fallutas», replicó Ángel de Brito y dio a entender que la mala onda sigue vigente.
Laurita Fernández habló de un tema personal
«Miel duerme conmigo, hace lo que quiere, es una malcriada total y la amo con todo mi ser. Estamos felices con ella. La crié y la acostumbré a que me acompañe a todos lados, entonces se re adapta a mi ritmo de vida. Al canal me dejan llevarla, entonces ella va conmigo y se queda mirando el programa. Al teatro si podía la llevaba también. Es super educada y anda conmigo para todos lados», dijo la rubia sobre su mascota.
A continuación, Laurita Fernández expresó su deseo: «Me gustaría (ser madre) pero claramente no ahora. Siento que se acercaría el momento y te lo digo así, en potencial, pero no en lo inmediato. No tengo una fecha ni te podría decir: ´Sí, en dos años´. Me gustaría pero no tengo definido cuándo. Tampoco siento que me tenga que apurar. Tengo 33 años y no siento que me corra el tiempo. Llegado al momento, calculo que sentiremos esas ganas de que suceda».