El 2025 comenzará con un nuevo incremento en los precios de los combustibles. YPF anunció que, desde el viernes 3 de enero, aplicará una suba promedio del 1,75% en todo el país. Esta decisión llega poco después de que el Gobierno autorizara ajustes en las tarifas de energía como luz y gas para el inicio del año.
De acuerdo a datos de la agencia NA, el aumento anunciado por la petrolera estatal será el menor registrado en los últimos 12 meses. Sin embargo, se enmarca en un contexto de fuertes alzas: entre noviembre de 2023 y diciembre de 2024, los precios de las naftas acumularon una suba del 256%. En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, el litro de nafta Súper pasó de $311 a $1.108 durante ese período.
Según un informe reciente de Politikón Chaco, durante diciembre, las ventas de naftas y gasoil totalizaron 1.472.085 metros cúbicos, lo que representa una baja interanual del 10,5%. En particular, las ventas de nafta súper disminuyeron un 3,3%, mientras que la premium registró una caída más pronunciada del 13%.
Por su parte, el gasoil, que representa el 44% del despacho total, sufrió un retroceso interanual del 15,6%, aunque logró una leve recuperación del 1,7% en términos mensuales. Este panorama refleja un escenario de contracción en el consumo de combustibles, en línea con los desafíos económicos que enfrenta el país.
Aumentos en luz y gas en enero
Además del ajuste en los combustibles, enero trae aumentos en las tarifas de luz y gas. Desde el inicio del mes, las tarifas eléctricas subirán un 1,6%, mientras que el gas experimentará un incremento del 1,85%. Según fuentes oficiales, estos ajustes se encuentran por debajo de la inflación esperada para el período.
El Gobierno sigue subsidiando a una gran parte de los usuarios energéticos. En electricidad, 9,5 millones de usuarios todavía reciben subsidios, mientras que en gas la cifra alcanza los 5,3 millones. Sin embargo, los niveles de consumo subsidiado tienen límites, y aquellos que los excedan deberán pagar la tarifa plena por el excedente.
Este escenario de aumentos simultáneos en combustibles y servicios básicos refleja los desafíos de la economía argentina al inicio de un nuevo año, marcando un impacto directo en los bolsillos de los consumidores.