A medida que se acerca el ciclo electoral de 2025, el mapa político de Argentina comienza a delinearse conforme al plan orquestado por Santiago Caputo y apoyado por Javier Milei. La estrategia busca dividir a la oposición y consolidar dos bloques: uno de centroderecha, encabezado por Milei, que integraría al PRO, sectores del radicalismo y del peronismo no kirchnerista, y otro, que incluiría a Cristina Kirchner y las fuerzas de centroizquierda e izquierda.
Este reordenamiento busca no solo modificar la dinámica de poder en el Congreso, sino también posicionar al oficialismo como la fuerza dominante en la disputa electoral. Uno de los movimientos más destacados fue la incorporación de Diego Kravetz a la SIDE, que refleja el avance libertario sobre las filas del PRO, así como el acercamiento entre el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, y el oficialismo. Sin embargo, el proceso también ha generado tensiones internas en el PRO, especialmente con Mauricio Macri, cuyo liderazgo comienza a ser cuestionado por miembros de su propio espacio.
Cuestionamientos internos en el PRO y alianzas estratégicas
Los cuestionamientos a la conducción de Macri han aumentado, especialmente entre aquellos dentro del PRO que apoyan la gestión libertaria. Se les reprocha haber nombrado en el gobierno a figuras cercanas al macrismo pero ajenas al PRO, como María Tettamanti en la Secretaría de Energía, y Eduardo Bustamante en Cancillería, lo que ha generado malestar entre los dirigentes “amarillos”. Esta situación ha abierto el debate sobre el futuro del PRO, con algunos de sus miembros sugiriendo que Macri debería liderar una candidatura para las legislativas de 2025, en lugar de enviar a otros candidatos que corran el riesgo de perder votos y reducir la presencia del partido.
El escenario está lleno de incertidumbres, con figuras como Cristian Ritondo y Diego Santilli disputando posiciones clave en el territorio. Además, María Eugenia Vidal y Silvia Lospennato han mostrado su apoyo a la gestión de Milei, lo que genera dudas sobre si Macri se alineará completamente con el oficialismo o mantendrá su independencia dentro del PRO.
El radicalismo se inclina hacia el oficialismo y las negociaciones por las listas
El radicalismo, por su parte, también está tomando su lugar en este nuevo frente, con varios dirigentes del partido, como Mariano Campero, Luis Picat y Martín Arjol, dando el primer paso hacia una posible alianza con el oficialismo. Este movimiento dentro de la UCR refleja la crisis interna que atraviesa el partido, que ha visto cómo varios de sus miembros se inclinan hacia la convergencia electoral con el espacio libertario de Milei, incluso mientras el Comité Nacional del partido votó a favor de expulsar a algunos de ellos.
El panorama electoral en Buenos Aires también está en juego, donde se negocian posibles alianzas con sectores del radicalismo que comandan Maximiliano Abad y Miguel Fernández, quienes lideran un grupo de 27 intendentes del interior de la provincia. Las encuestas sugieren que el kirchnerismo podría tener un 35% de intención de voto, lo que hace que la alianza de Milei con estos sectores del radicalismo y del PRO sea clave para consolidar una victoria.
Tensiones en el peronismo y las alianzas con los gobernadores
El Gobierno también ha tenido que lidiar con la situación interna en el peronismo no kirchnerista. La detención de Edgardo Kueider en Paraguay y su posterior expulsión del Senado provocaron un malestar en el oficialismo, lo que obligó a despegarse de cualquier posible vínculo de corrupción. Sin embargo, otros dirigentes como Carlos «Camau» Espínola han expresado su interés por unirse al libertarismo, mientras que gobernadores como Osvaldo Jaldo y Raúl Jalil siguen ofreciendo señales de apoyo.
Jaldo, por ejemplo, está buscando un acuerdo con los libertarios en su provincia para incluir a dirigentes del PRO y de la UCR en las listas, mientras que Jalil ya dio muestras de alinearse con los intereses de Milei, como lo demostró al unificar las elecciones de Catamarca con las nacionales. Este tipo de gestos es lo que más molesta a la oposición kirchnerista, especialmente a Kirchner, quien ve cómo su base de poder se va reduciendo.
El escenario electoral de 2025: los desafíos y los cálculos de Milei
El cálculo de Milei para las elecciones de 2025 está basado en dos pilares: el control de la inflación y la mejora en la seguridad, áreas en las que ha concentrado la mayoría de su gestión. Aunque el plan original incluía una fuerte confrontación con la «casta», el presidente ha tenido que ceder en varias ocasiones, como ocurrió con los vetos presidenciales y las negociaciones con el kirchnerismo.
A pesar de estas concesiones, Milei sigue apostando a su capacidad de lograr una victoria contundente en las legislativas, con la meta de obtener la mitad de los escaños en el Senado y alrededor de un 50% de los votos en las elecciones.
Este cálculo se verá afectado por cómo evoluciona la economía, particularmente en cuanto a la recuperación del poder adquisitivo de la clase media y los jubilados. Si Milei logra consolidar mejoras en estos sectores, su apoyo popular podría mantenerse firme, lo que sería crucial para alcanzar una victoria electoral amplia.