La Cancillería argentina vive momentos de reestructuración bajo el liderazgo del canciller Gerardo Werthein, quien busca consolidar un esquema más austero y eficiente en las relaciones exteriores del país. Entre las medidas más relevantes se encuentra la definición del titular para la embajada en España, la reorganización de representaciones diplomáticas y el cierre de sedes en regiones de baja actividad.
La embajada argentina en España se ha convertido en un terreno de disputa política. Mientras Werthein impulsa a un empresario cercano como candidato, el presidente Javier Milei evaluaba al representante comercial Alejandro Nimo, apoyado por el académico Jesús Huerta de Soto. Sin embargo, otras figuras también entraron en la discusión, como Luis María Kreckler, actual cónsul en San Pablo, quien propuso a un diplomático de carrera.
El caso del diplomático Alejandro Alonso, inicialmente anunciado como embajador en un comunicado oficial, tomó un giro inesperado. Una denuncia archivada por presuntos maltratos durante su período como cónsul en Barcelona salió a la luz, dejando su nombramiento en suspenso. Actualmente, el principal candidato sería el elegido por Werthein, aunque el nombramiento oficial aún no se ha concretado.
Reajustes en Uruguay y otros traslados
En otro frente, el traslado de Martín García Moritán, embajador en Uruguay, a Buenos Aires sorprendió al cuerpo diplomático. García Moritán, un diplomático de carrera y figura respetada, estaría próximo a jubilarse, según fuentes oficiales. Su salida refleja la política de renovación que busca implementar el gobierno, con jubilaciones forzadas para reducir costos.
La embajada en Washington también atraviesa un período de interinato. Mientras el pliego de Alec Oxenford, designado embajador, espera tratamiento en el Senado, la representación diplomática está bajo la dirección de Juan Corteletti, quien organiza la agenda del canciller para la asunción de Donald Trump el 20 de enero.
Cierres y fusiones de sedes diplomáticas
La racionalización de la estructura diplomática es otro eje central del plan de Werthein. Aunque se habló de cerrar hasta 40 embajadas, las decisiones se centrarían inicialmente en fusionar sedes duplicadas. Por ejemplo, la embajada en Bélgica se uniría con la representación ante la Unión Europea, y la misión en Roma se integraría con la FAO. En cambio, la embajada en el Vaticano se mantendría operativa.
El cierre de embajadas en regiones con baja actividad, como África y Asia, también está sobre la mesa. No obstante, Werthein ha sido advertido de que algunos cierres pueden resultar más costosos que mantener las sedes abiertas, especialmente en zonas de conflicto, como Irán o Palestina. En contrapartida, se evalúa abrir nuevas representaciones en áreas estratégicas, como Palo Alto, Estados Unidos, para fortalecer vínculos con empresas tecnológicas.
Reconfiguración política y desafíos internacionales
La política exterior del gobierno de Milei ha generado tensiones con diversos actores internacionales. Su alineamiento con Israel, incluyendo la propuesta de trasladar la embajada argentina a Jerusalén, ha causado perplejidad en el mundo árabe. Este cambio de postura rompe con la tradición diplomática argentina de reconocer a Palestina como Estado, lo que ha generado inquietud en países musulmanes.
Además, el canciller Werthein planifica visitas a Israel, Arabia Saudita y Emiratos Árabes para reforzar lazos económicos y políticos en esas regiones. Paralelamente, se prepara para acompañar a Milei al Foro Económico Mundial en Davos, Suiza.