Fuertísimo fue lo que se escuchó en Desayuno Americano, el programa que lleva adelante Pamela David a través de la pantalla de América TV. Allí, estuvo como invitada nada más y nada menos que la Locomotora Olivera, quien contó lo que vivió años atrás, cuando encontró a quien era su marido con su hermana.
«Le digo, mujeres, dejen de ser pelot*das. Los cuernos no se perdonan. Porque te lo hace una vez, pero te lo hace dos y después… dale. Le encanta hacerlo. Claro que sí. ¿Qué psicólogo? Este es el psicólogo. El mejor psicólogo es entrenarte, ponerte fuerte, que se te levante la autoestima, quererte y valorarte. Los cuernos no se perdonan. Fue terrible. Fue una doble traición. Porque cuando es familiar duele el alma. A ver, esa persona, pasaron 10 años, 15 años, ya me olvidé. Fue una parte de mi vida. Pero mi hermana nunca va a dejar de ser mi hermana. O sea, la familia es la familia para siempre», lanzó.
«Yo perdoné. Perdoné, perdoné», dijo la Locomotora Olivera. «Vos encontraste en la cama a tu ex con tu hermana», apuntó en ese momento Pamela David. «Claro que sí, fue terrible, fue muy duro. Pero lo más terrible, Pamela, fue después. Porque en el momento es un shock. No lo podés creer, no podés reaccionar, no sabés qué hacer. Los encontré ahí, los dos en la cama. Yo venía del hospital porque mi hijo más chiquito estaba en terapia intensiva, estaba grave, había pasado una cirugía. Y bueno, es como que se te acumulan las cosas, terrible», dijo causando una verdadera consternación.
«Una piña tras otra, por eso yo digo que la vida es una pelea y la vida te caga a trompar. Pero hay que levantarse. Tenía unas ganas de cagarlo a trompar a los dos, imaginate. Pero bueno, no… Tenía 28 años. Ahora tengo 46. Pasó un montón de tiempo. Bueno, fue terrible el momento del shock, como te dije. Me fui, me fui, lloré muchísimo, no sabía qué hacer. Lo primero que te preguntan, ¿por qué? ¿Qué pasó? ¿Qué hice? ¿Qué hice malo? Estaba perfecta la relación. A ver, ¿qué es lo que no le di? ¿Qué le faltó? Nada», expuso.
Inmediatamente, la Locomotora fue por más. «Porque vos te entregás a una persona, además, cuando vos te juntás o te casás, es para toda la vida. Yo quería jubilarme con esa persona, quería vivir hasta los últimos momentos de mi vida. Se perdona porque la bronca y el rencor te hace daño a vos, no a la otra persona. Tenés que perdonar para perdonarte, para soltarlo, para no tener esa bronca», expresó.
«¿De qué te sirve tener bronca adentro? Pero uno puede perdonar, pero decir, perdono para que no me haga daño. No, perdono pero no le presento nunca más un marido. Pasó un año hasta que volví a verla, volví a hablar. No hubo una charla sobre el tema. Pasó y yo voy a seguir con mi vida. Si me necesita, voy a estar. No existe el odio adentro mío, no existe el odio. Fue una calentura, fue una calentura. Solo calentura. No es que siguieron después de eso», sentenció la Locomotora.