La Selección Argentina de tenis en Copa Davis consiguió una victoria clave ante Noruega, en una serie llena de drama, emoción y momentos inolvidables. Con el debut de Javier Frana como capitán, el equipo albiceleste logró una de las victorias más trabajadas de los últimos años y avanzó en los Qualifiers 2025 del torneo.
El enfrentamiento, disputado en superficie dura y bajo techo en Fjellhamar Arena, comenzó con un 1-1 en la primera jornada, dejando todo abierto para la definición del segundo día. En el arranque del viernes, la dupla de Horacio Zeballos y Andrés Molteni logró una victoria crucial en el dobles, pero la situación se complicó cuando Casper Ruud venció a Tomás Etcheverry y dejó la serie 2-2.
Toda la presión quedó en manos de Mariano Navone, quien afrontó un partido cargado de tensión ante Nicolai Budkov Kjaer, una de las jóvenes promesas del circuito. Luego de un inicio complicado, el argentino remontó el partido y se impuso 4-6, 6-3 y 6-4, sellando el triunfo albiceleste en una serie que parecía escaparse.
Navone, que en su debut había caído con Ruud en sets corridos, vivió su gran revancha en el partido decisivo. “Es el día más feliz de mi vida”, declaró emocionado tras lograr el punto definitivo. El equipo argentino, que no ganaba una serie al mejor de cinco partidos como visitante desde 2016, volvió a demostrar su jerarquía en la Copa Davis.
Un plantel renovado y un nuevo desafío en el horizonte
Más allá del triunfo, esta serie marcó una nueva etapa en la Argentina, con una mezcla de experiencia y juventud. Zeballos, ex número 1 del mundo en dobles, regresó al equipo tras dos años de ausencia y fue clave junto a Molteni, mientras que Frana debutó como capitán con un planteo estratégico acertado.
Ahora, el equipo albiceleste deberá prepararse para el cruce ante Países Bajos en septiembre, donde buscará la clasificación al Final 8 en Bolonia. El rival contará con figuras como Tallon Griekspoor (46°), Botic van de Zandschulp (84°) y Jesper De Jong (131°), lo que supondrá un reto de gran dificultad.
Con este envión anímico, la Argentina vuelve a ilusionarse con pelear en los primeros planos de la Copa Davis, con un equipo en plena evolución y jugadores que demostraron estar a la altura del desafío.