Connect with us

Hola, qué estás buscando?

POLÍTICA

Jubilados y pensionados: qué sucederá cuando termine la moratoria y qué podrán hacer quienes no cumplan con los años de aportes

Para quienes no cumplan, la única vía disponible será la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM).

Moratoria

El 23 de marzo marcará un punto de quiebre para miles de trabajadores que, hasta ahora, accedían a la jubilación mediante la moratoria previsional. Con la finalización de ese régimen, dispuesto por la Ley 27.705 en marzo de 2023, ya no habrá nuevos planes de pago para quienes no completen los 30 años de aportes exigidos. La decisión del gobierno de Javier Milei no ha sufrido modificaciones y, en adelante, quienes no alcancen el mínimo requerido deberán recurrir a otras alternativas.

Para quienes no cumplan con los aportes necesarios, la única vía disponible será la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), un beneficio no contributivo destinado a personas mayores de 65 años en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, el acceso a esta prestación dependerá de una evaluación socioeconómica que determinará si el solicitante califica o no.

En la actualidad, unas 200.000 personas cobran la PUAM, pero no cualquier ciudadano podrá solicitarla: el Gobierno endurecerá los criterios para evitar que personas con mejor posición económica accedan a este beneficio, en un intento de diferenciarlo de la moratoria, que también contemplaba ciertos requisitos de ingresos.

Cuánto cobrarán los beneficiarios en febrero 2025

El monto de la PUAM equivale al 80% de la jubilación mínima. En diciembre, ese haber fue de $212.725,61, al que se sumó un bono de $70.000, lo que elevó el total percibido a $282.725,61. Según datos de la ANSES, en el último mes de 2024 la cobraron 194.000 personas.

Para febrero de 2025, la prestación se actualizará a $288.469,20, compuesta por $218.469,20 más el refuerzo de $70.000, que seguirá vigente a lo largo del año.

El argumento del Gobierno y las críticas de los expertos

Desde el oficialismo defienden el fin de la moratoria, argumentando que permitió que personas sin suficientes aportes accedieran a una jubilación a un costo mínimo, afectando la sustentabilidad del sistema y perjudicando a quienes trabajaron y aportaron durante más de 30 años.

«La moratoria es injusta porque carga al sistema previsional con beneficiarios que compraron más de 20 años de aportes a un valor irrisorio. En cambio, la PUAM está dirigida exclusivamente a quienes realmente lo necesitan», explicó una fuente oficial.

A diferencia de la moratoria, que tenía ciertos filtros, pero no exigía una declaración estricta de vulnerabilidad, la PUAM requiere demostrar una situación económica desfavorable con mayor precisión. «Por ese motivo, no esperamos que haya un aumento descontrolado de beneficiarios», indicaron desde el Gobierno.

El impacto en quienes buscan jubilarse

Especialistas advierten que la eliminación de la moratoria dejará a muchas personas sin opciones. Según la abogada previsional Andrea Falcone, el cambio golpeará fuerte porque 8 de cada 10 nuevos jubilados accedían al beneficio con este mecanismo.

«Después del 23 de marzo, jubilarse será mucho más difícil. Las mujeres que no lleguen a los 30 años de aportes a los 60 tendrán que esperar hasta los 65 para poder solicitar la PUAM, cumpliendo además con los requisitos de vulnerabilidad», explicó la experta.

Falcone también señaló que, hasta el vencimiento de la moratoria, aún hay posibilidad de regularizar aportes. «Quienes quieran completar hasta 10 años de aportes todavía pueden hacerlo y asegurarse su jubilación», indicó.

Fragilidad del sistema

Por su parte, el abogado previsional Adrián Troccoli cuestionó la política de moratorias de las últimas dos décadas, señalando que no resolvieron el problema estructural de la informalidad laboral.

«El sistema previsional está basado en la idea de que la jubilación es un derecho para quienes trabajaron durante una cantidad mínima de años. Eso se desvirtuó, y hoy muchos creen erróneamente que se accede solo por llegar a cierta edad», argumentó.

Además, Troccoli advirtió sobre la fragilidad del sistema y la dificultad para sostenerlo en el tiempo. «Si no hay más trabajadores aportando, las jubilaciones seguirán siendo insuficientes. La clave está en incentivar el empleo formal, no en multiplicar beneficios que el sistema no puede financiar», concluyó.